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domingo, 25 de junio de 2017

Pedro Sánchez y las primarias del PSOE, o ¿la victoria de la emoción?


La victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE, ¿es la victoria de la emoción a través de un relato?: La historia de un líder injustamente expulsado de palacio por una confabulación de sus lugartenientes que traicionan su confianza, y que meses después, reciben un justo castigo con el retorno de la víctima al poder. ¿Hasta qué punto este relato y las emociones que despierta ha sido fundamental para los resultados de las primarias? El sociólogo Manuel Castells explica que “el componente emocional de la cognición política condiciona la eficacia del procesamiento de la información relativa a asuntos y candidatos. (…) La racionalidad por sí sola no determina la toma de decisiones; es un proceso de la información a un segundo nivel que depende de las emociones activadas”.

El pasado 21 de mayo Pedro Sánchez ganó las primarias del PSOE. Lo hizo de manera contundente, con una mayoría absoluta del 50,26% y 74.805 votos. Por el otro lado, su principal oponente, la líder del PSOE andaluz, Susana Díaz, pudo contabilizar 59.392 votos, el 39,90% del total. El tercero en liza, Patxi López, quedó a bastante distancia de los dos primeros; consiguió el 9,84% de los votos, un total de 14.652.

López fue el primer candidato en presentarse públicamente. Lo hizo el 15 de enero, un día después del Comité Federal que fijó las fechas del 39 Congreso para los días 17 y 18 de junio. Por delante quedaban seis meses, y prácticamente todos los colaboradores y ‘barones’ territoriales que habían apoyado a Pedro Sánchez durante su primera etapa como secretario general se aliaron en esta candidatura. Todos tenían en común haber sido expulsados del núcleo dirigente del PSOE tras el Comité Federal del 1 de octubre de 2016 en el cual Pedro Sánchez y los líderes territoriales encabezados por Susana Díaz se enfrentaron abiertamente por el poder, con el desenlace de la dimisión de Sánchez y su retirada de Ferraz.

Parecía que esa retirada del liderazgo del PSOE también iba a serlo de la política, sobre todo, tras su renuncia al acta de diputado en el Congreso. Todo apuntaba a un enfrentamiento entre un Patxi López que aglutinaría el ‘aparato’ afín a Sánchez, y Susana Díaz y los líderes territoriales y sus propios y poderosos ‘aparatos’. Sin embargo, dos semanas después de la presentación de la candidatura de Patxi López, Pedro Sánchez sorprendió al anunciar su propia candidatura en un acto en Dos Hermanas, Sevilla.

En un principio parecía que la ausencia de cuadros experimentados y de ‘aparato’ con capacidad de crear y mantener una campaña sobre el terreno, iba a condenar a Sánchez al papel de comparsa. Sin embargo, pronto se vio que no iba a ser así. Los actos públicos se llenaban, y poco a poco se fue creando una expectativa en torno a la candidatura que le fue dando cuerpo con cada vez más militantes y simpatizantes apoyando y colaborando, al margen de los mensajes que recibían de otras instancias del PSOE, hasta el punto de crear lo que el diario El País llamó una “estructura paralela” con capacidad para recoger avales, organizar mítines y movilizar el voto ¿Cómo fue esto posible?

La clave está en la emoción

El sociólogo Manuel Castells explica en su libro ‘Comunicación y poder’ que “el componente emocional de la cognición política condiciona la eficacia del procesamiento de la información relativa a asuntos y candidatos”. Es decir, frente al tradicional ‘contar apoyos’ de los procesos internos de los partidos, Sánchez se centró en movilizar el componente emocional de los militantes del PSOE, una estrategia que ha empezado a cobrar sentido desde que el sistema de elección del liderazgo a través de delegados ha sido sustituido por el voto directo de la militancia, y, por lo tanto, funcionan los mismos mecanismos de una campaña electoral tradicional.

¿Y cómo activó Sánchez el componente emocional? Aprovechando el relato que sus contrincantes le habían servido en bandeja: La historia de un líder injustamente expulsado de palacio por una confabulación de sus lugartenientes que traicionan su confianza. El Comité Federal del 1 de octubre se convirtió en protagonista de las primarias frente a cualquier otra consideración o propuesta. Patxi López trató sin éxito de fijar el marco del discurso en el ‘día después’ del congreso, superando lo ocurrido en el Comité Federal y apelando a la confraternización frente al conflicto. Ese discurso no interesaba, no era atractivo para la mayoría de la militancia que buscaba integrar sus sentimientos en un relato, y esos sentimientos pedían venganza. Y tampoco lo consiguió Susana Díaz, que se presentaba con el eslogan ‘100% PSOE’, tratando de apropiarse de las esencias del partido, aunque sin especificar en qué consisten.

De todas formas, Susana Díaz lo tenía muy difícil ante la campaña de Pedro Sánchez, que decidió que el principal sentimiento que debía activar debía ser la ira. Manuel Castells destaca la importancia de la ira en la movilización emocional del electorado: “La ira es una respuesta a un acontecimiento negativo que contradice un deseo (en este caso el Comité Federal del 1 de octubre). La ira aumenta con la percepción de una acción injusta y con la identificación del agente responsable de la acción” (es decir, Susana Díaz). Y subraya: “Cuando esa ira se dirige hacia un candidato que antes nos gustaba, se produce la aversión”. Es decir, la campaña de Pedro Sánchez jugó sobre todo la carta del ‘antisusanimo’ para ganar.

Y en esto, los medios de comunicación jugaron un papel fundamental.

   
El papel de los medios

Dice Manuel Castells que medios y política se retroalimentan: los políticos necesitan a los medios para trasladar su mensaje a los votantes. Pero, por otro lado, los medios necesitan a los políticos para que les abran las puertas para acceder a una audiencia controlada emocionalmente por ellos, y acceder así a ese segmento y poder desarrollar su negocio en él. Esto es así porque los medios “se dirigen a audiencias específicas, interesadas en confirmar sus opiniones más que en informarse en otras fuentes”, asegura Castells, que en este sentido recuerda que para los medios “no se trata simplemente de conseguir una cuota de audiencia, sino de conseguir la audiencia objetivo. Ésta es la lógica fundamental del modelo de comunicación partidista”. Y la mayoría de los medios se dieron cuenta desde el primer momento de la fuerza del relato ‘sanchista’, y como afirma Castells, “los marcos de las noticias, una vez construidos, retroalimentan a las élites políticas”.

Pero, ¿por qué los medios eligieron el relato de Pedro Sánchez? Christian Salmon, el autor del libro de referencia en comunicación política, “Storytelling”, explica en el ensayo “La ceremonia caníbal. Sobre la performance política” que, debido a la revolución tecnológica, las personas están sometidas a una “sobrecarga de la información” en sus rutinas. Esto también afecta a la comunicación política, que utiliza los mismos medios de comunicación para llegar al cliente-votante que las empresas. En este caso, el político compite con todo un despliegue de programas, historias e imágenes de entre las que tiene que lograr ser visible para poder ser identificado y posteriormente votado. Para conseguirlo ya no sirven los antiguos discursos ni las antiguas técnicas de movilización política.

Ahora recurren a la técnica del relato, cuyo fin no es tanto informar a los ciudadanos como llamar su atención y retenerla mediante el entretenimiento. Los ciudadanos-espectadores “fingimos interesarnos por la crisis, la deuda, el paro, cuando en realidad estamos sedientos de historias, de héroes y de villanos”, asegura Salmon.    “Queremos relatos íntimos, sorpresas, golpes de efecto. Lo último just in time. Sin tiempos muertos. Emoción en flujo continuo”. La emoción es la clave del relato, no la ideología o el programa político. 

El relato, según Salmon, “permite no solo captar la atención como lo hacen el logo, la imagen de marca, sino también fidelizar a las audiencias, guiar y retener las atenciones gracias a auténticos engranajes narrativos”. Y eso en política significa llegar al poder o mantenerse en él.   


Es decir, el relato de Pedro Sánchez era tan fuerte y eficaz que siempre estaba en el primer puesto de la agenda mediática, aunque el propio Sánchez apenas ofreciera entrevistas ni ruedas de prensa. Su relato funcionaba solo, y los medios de comunicación lo necesitaban para aprovechar las primarias del PSOE para hacer de ellas un acontecimiento mediático y          que generara amplias audiencias, … e ingresos por publicidad.

viernes, 7 de octubre de 2016

Los vídeos electorales en los EEUU: Trump protagonista

La campaña electoral de las Presidenciales en los EEUU está entrando en una fase decisiva. Con las encuestas dando una ligera ventaja a la demócrata Hillary Clinton sobre el republicano Donald Trump, todo puede ocurrir. Por ello a maquinaria electoral de ambos aspirantes trabaja a todo gas para forzar unos resultados que se antojan demasiado impredecibles teniendo en cuenta que la campaña partió con una clara ventaja de Clinton y que Trump ha ido recortando paulatinamente.

Es una campaña que se caracteriza por la profunda polarización entre ambos candidatos y su visión de los EEUU. Ambas partes tratan de movilizar al electorado avivando ese fuego con el objetivo de crear una imagen negativa de su rival, una técnica de comunicación política muy habitual en las campañas de los EEUU. Pero en este caso la campaña de Clinton parece que apuesta de manera más decidida por esta receta que la de Trump, ya que el argumento principal de la candidata para ser votada parece que se está reduciendo cada día más a señalar a Trump como un 'peligro público' cuya victoria hay que evitar a toda costa movilizando a diferentes segmentos sociales cuyo único elemento común es el temor a una victoria republicana.

Es el hilo argumental principal de los siguientes vídeos de campaña de Clinton que apelan directamente al sentimiento de rechazo personal que puede provocar Trump y sus declaraciones:







Trump, por su parte, también usa la campaña negativa para criticar a Clinton y al Gobierno demócrata de Obama. Sin embargo, a diferencia de Clinton, el mensaje de Trump es de ataque hacia el modelo de los EEUU defendido supuestamente por su rival y no hacia su persona. A diferencia de la campaña de Clinton, que personaliza en Trump el discurso populista y xenófobo, el republicano ve en Clinton la representante de una idea de los EEUU que promete superar. Es decir, Trump critica a Clinton por lo que representa y no por quien es, mientras que Clinton hace lo contrario: 




Sin embargo, antes que apostar exclusivamente por una campaña negativa, Trump está redoblando sus esfuerzos por reforzar su relato de hombre de éxito que se enfrenta al establishment, utilizando directamente el marco del padre autoritario propio del Partido Republicano, como señaló George Lakoff. Consecuentemente, la campaña republicana está enfocando su discurso en la persona de Trump y en su presunta capacidad de liderazgo personal y, sobre todo, en su "rebeldía" contra las injusticias del sistema, lo que le aleja de la etiqueta de político profesional:



En resumen, ambos rivales están haciendo prácticamente la misma campaña: reducir las elecciones  de los EEUU a una decisión sobre si Trump debe ser presidente o no. Clinton está abandonando el discurso constructivo y propositivo mientras redobla los ataques personales contra Trump, mientras que éste está ofreciendo una cara más amable y, sobre todo, decidida para afrontar los retos de la futura presidencia.

Mientras tanto, la diferencia en las encuestas se va reduciendo.

jueves, 21 de julio de 2016

“La Democracia tiene problemas”


“La Democracia, la mayor aspiración moral de la humanidad, tiene problemas”. El académico británico Stephen Coleman es tajante para explicar los últimos acontecimientos políticos que están azotando el mundo: Brexit, la crisis política y económica en la Unión Europea, la crisis de los refugiados, el auge de los populismos y radicalismos, y el tan sorprendente como controvertido ascenso de Donald Trump a la candidatura a la Presidencia de los EEUU.
 

Los pasados 7, 8 y 9 de julio la Asociación de Comunicación Política ACOP organizó unas jornadas en las que participaron un grupo de académicos y consultores de prestigio internacional para conversar sobre la “Nueva Política”. Entre ellos el profesor en la Universidad de Leeds, Stephen Coleman, que afirmó: “La democracia se encuentra en un proceso de transición e indeterminación”.


Coleman aseguró que “el reconocimiento y el respeto son la clave de la democracia”, sin embargo, estamos viviendo un problema grave de comunicación: “Los ciudadanos piensan que las instituciones no escuchan, y las instituciones que los ciudadanos no saben expresarse. Es un diálogo de sordos”.


A este problema de comunicación entre los de “arriba” y los de “abajo”, Coleman añadió que “los gobiernos ahora se definen por lo que no pueden gobernar”, como por ejemplo fenómenos globales como el terrorismo, el narcotráfico y las crisis financieras, es decir, elementos que se escapan del control de los estados nación como los hemos conocido hasta el momento. Todo ello hace que ahora sea un momento propicio para la aparición de un fenómeno político muy antiguo y recurrente: el populismo.

Las causas del populismo

Loris Zanatta, ensayista y profesor en la Universidad de Bolonia, explica en su libro “El Populismo” (Editorial Katz) las causas de la actual ola populista en el mundo: “La conmoción causada en las funciones de los Estados, en los sistemas políticos, en las estructuras sociales, en las ideologías y culturas de cada latitud por ese fenómeno llamado globalización, que genera la difundida percepción de una crisis crónica de disgregación. Tanto esas presiones como esta conmoción crean un panorama ideal para que los populistas encuentren espacio y alimento”.
El propio mundo globalizado de la crisis constante, económica, de seguridad, de identidad, de la eterna incertidumbre, es fundamental para explicar el auge de este fenómeno. Según Zanatta, “las recurrentes crisis financieras y las frecuentes crisis de legitimidad de las clases políticas percibidas por muchos como castas parasitarias y aisladas de la sociedad, además de incapaces de resolver los problemas más apremiantes, hace aún más propicia la maduración de la nostalgia por la homogeneidad perdida”.

El populismo es, explica Zanatta, “intolerante con toda forma de representación política pero comprometido con un concepto social que postula la unión armoniosa de la sociedad, invoca el nexo solidario que vincularía a sus miembros por voluntad de Dios o de las leyes naturales, y reivindica una conexión directa entre el pueblo y quien encarna su identidad, el líder”.


Thibault Muzergues
Es decir, “nosotros y ellos”, como explicó el consultor Thibault Muzergues en las jornadas de ACOP. “¿Qué está pasando?”, se preguntó: “Crisis económica, crisis social, crisis de identidad”. Se trataría, según este especialista, de un fenómeno que está transformando las reglas de convivencia tal y como las conocíamos: “Las cosas están cambiando. Lo que era aceptable antes, ya no lo es para la prensa y la sociedad”, asegura Muzergues. Y en ello ha contribuido la revolución tecnológica de Internet, y en concreto las redes sociales, “un vehículo importante para trasladar la frustración de la gente y que es aprovechada por el populismo”, lo que explica “la creciente tensión y agresividad entre los ciudadanos con respecto a la política”.

Stephen Coleman señaló por su parte en las jornadas de ACOP que “el problema del populismo no es que la gente desconfía, sino que confía demasiado” en un mundo con un acceso prácticamente ilimitado a la comunicación. Coleman recordó que, a pesar de la revolución de Internet, “la prensa y la televisión siguen siendo las principales fuentes para informarse y para generar opinión”. Sin embargo, estos medios se ven cada vez más atrapados y arrastrados por las dinámicas de la inmediatez extrema dictadas por la intensa competencia y las posibilidades de información prácticamente instantánea que ofrecen los avances tecnológicos. En este contexto Coleman propone el diálogo sosegado para fortalecer la democracia. Sin embargo, ¿es posible en la actual la cultura de la inmediatez?


El futuro del populismo, ¿ha llegado para quedarse?

En los próximos meses la atención mediática y política se centrarán sin duda en la campaña electoral de los EEUU, probablemente el acontecimiento político más espectacular del año y en el que el populismo también ha conseguido entrar de la mano del candidato republicano Donald Trump.


Peter Brodnitz
El estratega político estadounidense Peter Brodnitz señaló durante las jornadas de ACOP en Bilbao que hay que tener en cuenta el estado emocional a la hora de lanzar un mensaje, y en este sentido afirmó que Trump es un experto: “Su mensaje está enfocado en mantener un estado de ansiedad y enfado para que los ciudadanos hagan una elección emocional”. “Trump moviliza voto con un mensaje de cambio radical para romper el status quo” en un contexto en el que “la clase trabajadora blanca es la más preocupada o enfadada por el futuro económico”, subrayó el experto.

Por ello, Brodnitz concluyó: “Si se logra tranquilizar a la gente, recibirán el mensaje de manera diferente”. Es decir, viene a decir este estratega político, si las circunstancias económicas y sociales vuelven a su cauce, los ciudadanos que hoy son proclives a escuchar y a apoyar a los movimientos populistas dejarían de hacerlo.

Sin embargo, como advierte Loris Zanatta, “los trastornos económicos y sociales de nuestros tiempos son tan profundos y de tan larga duración que el populismo actual no es la simple manifestación de una debilidad democrática, de un paréntesis entre dos épocas ‘normales’. Al contrario, tanto las transformaciones sociales y económicas radicales como la extensión de la democracia a nuevas áreas del mundo durante las últimas décadas inducen a pensar que las crisis de disgregación y as reacciones populistas no harán más que multiplicarse, y que el populismo será un fenómeno permanente y difundido”.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Los vídeos electorales de la campaña 2015: Gana la emoción

Las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 son las primeras en la reciente historia democrática de España en las que más de dos partidos tienen capacidad de influir decisivamente en la formación del Gobierno de la Nación y en la labor legislativa del próximo Congreso de los Diputados. Hasta el último momento las encuestas han señalado un escenario muy reñido, lo que ha forzado a los partidos a poner en marcha la maquinaria de comunicación con los contenidos más emocionales de las últimas campañas.


Partido Popular: No hagas experimentos

El vídeo electoral del PP apela a un mensaje sencillo: "La cosa marcha, cuesta, pero marcha. No lo pongas en peligro votando cosas raras". Como buen vídeo del partido en el Gobierno que espera ser reelegido, pone en valor los éxitos alcanzados durante la legislatura y promete aumentarlos. Apela al esfuerzo, la constancia y la seriedad. Valores emocionales que vinculan con la marca PP y en los que no aparece en ningún momento el rostro del candidato.






PSOE: Resistir es vencer

Este vídeo electoral tiene un muy alto ingrediente emocional. Busca la movilización del voto tradicionalmente socialista a través del relato "resistir es vencer". Frente a encuestas que vaticinan un desastre electoral, este vídeo presenta un escenario de futuro en el que el PSOE logra vencer a pesar de todo y cumplir sus promesas electorales llenando de orgullo a sus votantes. Su objetivo: poner la piel de gallina y retener a los votantes socialistas. 






Podemos: Los dos Pablos Iglesias piden el voto a los socialistas 

El vídeo de Podemos tiene un doble objetivo: presentar a esta formación como libre de toda mácula frente a los partidos tradicionales y, sobre todo, como la alternativa al PSOE. Está dirigido directamente a los votantes socialistas decepcionados con la intención de atraer su voto apelando a los principios fundadores del socialismo y para ello utiliza el nombre de Pablo Iglesias, aprovechando la confusión entre los nombres del líder de Podemos y del fundador del PSOE. 





Ciudadanos: Albert Rivera y la ilusión

El vídeo de Ciudadanos es un reflejo de los dos ejes de su campaña: la figura de Albert Rivera y el elemento emocional de la ilusión. No se presentan propuestas concretas, sino mensajes generalistas basados en la esperanza y la emoción articulados en torno a la figura del candidato. Dirigido a los votantes que buscan algo nuevo pero sin compromisos.





Unidad Popular/Izquierda Unida: la verdadera izquierda

Este vídeo electoral quiere presentar a UP/IU como la defensora de las esencias de la izquierda, sin concesiones ideológicas. Reconoce que parte con menor apoyo en las encuestas y trata de convertir esta circunstancia en un valor con el relato: creéis que somos pocos los que defendemos la verdadera esencia de la izquierda, pero en las elecciones demostraremos que no es así. Un claro mensaje a Podemos.  





UPyD: el partido contra la corrupción


Es el vídeo más clásico de todos. La lucha contra la corrupción se ha convertido en el principal mensaje de este spot y en el elemento diferenciador de UPyD con respecto al resto de partidos, apelando al papel de la formación magenta en las denuncias en el caso Bankia. Un intento de retener votantes en su fuga a Ciudadanos.


domingo, 6 de abril de 2014

La política devorada por el “storytelling”

Ya no importa lo que se dice, sino cómo se dice. Todos los días millones de mensajes tratan de hacerse escuchar. En televisión, en radio, en los diferentes soportes escritos, accesibles en todo el mundo en tiempo real gracias a internet. Todo ello provoca una cantidad tan impresionante de información que ya no es posible atenderla toda. Hay que elegir. Por ello, el mensaje del político para ser escuchado debe destacar sobre el resto. Y por eso es más necesario entretener que informar, es necesario crear un relato antes que hacer política. Es el momento del “storytelling” que, sin embargo, acaba siempre por devorar a los que lo utilizan.

En el mundo de la revolución de las comunicaciones y de internet el reto no es acceder a la información sino hacerse oír en el inmenso y profundo océano de millones de historias, noticias e imágenes creadas cada día y que circulan por todo el mundo en cuestión de segundos.

El escritor francés Christian Salmon plantea en su ensayo “La ceremonia caníbal. Sobre la performance política”, que, como consecuencia de esta revolución, se está produciendo un cambio brutal en la representación del poder. Se “desacraliza” ya que los políticos, que necesitan ser visibles y hacerse escuchar por sus votantes, deben captar su atención constantemente. Para captar esa atención deben tomar el camino que les baja del Olimpo en el que el poder político había estado instalado desde hace siglos.

El poder político deja ya de ser representado como un poder superior, envuelto en autoridad, más fuerte y sólido, y por ello respetado y legitimado para poder ejercer el gobierno. En cambio, “los políticos se han convertido en personajes de nuestro imaginario cotidiano, figuras efímeras de nuestras democracias mediáticas”, explica Salmon. Es decir, los políticos se han convertido en unos personajes más que son consumidos, digeridos y expulsados como todos los demás productos de la sociedad de consumo. ¿Por qué?


Ante todo, captar la atención

Captar la atención en la sociedad de la información es muy complicado. La competencia entre los canales de televisión, por ejemplo, es tal que sólo cuentan con escasos segundos para captar al espectador, y para ello despliegan constantemente una paleta de recursos visuales y narrativos que tienen como objeto cautivar a la audiencia, al menos hasta el próximo bloque de publicidad. Como dice Salmon, “lo escaso en una sociedad de la información (…) no es la información, que precisamente es sobreabundante; lo escaso, debido a esa sobreabundancia, es la atención de los agentes a quienes está destinada esa masa de información”.

Las personas están sometidas a una “sobrecarga de la información” en sus rutinas. Esto también afecta a la comunicación política, que utiliza los mismos medios de comunicación para llegar al cliente-votante. En este caso, el político compite con todo un despliegue de programas, historias e imágenes de entre las que tiene que lograr ser visible para poder ser identificado y posteriormente votado. Para conseguirlo ya no sirven los antiguos discursos ni las antiguas técnicas de movilización política.

Ahora recurren a la técnica del relato, cuyo fin no es tanto informar a los ciudadanos como llamar su atención y retenerla mediante el entretenimiento. Los ciudadanos-espectadores “fingimos interesarnos por la crisis, la deuda, el paro, cuando en realidad estamos sedientos de historias, de héroes y de villanos”, asegura Salmon.    “Queremos relatos íntimos, sorpresas, golpes de efecto. Lo último just in time. Sin tiempos muertos. Emoción en flujo continuo”. La emoción es la clave del relato, no la ideología o el programa político. 

Christian Salmon.
El relato, según Salmon, “permite no solo captar la atención como lo hacen el logo, la imagen de marca, sino también fidelizar a las audiencias, guiar y retener las atenciones gracias a auténticos engranajes narrativos”. Y eso en política significa llegar al Gobierno o mantenerse en él.   


El relato como eje principal

Surge el storytelling, “un dispositivo de captación de las atenciones mediante la historia, la intriga, la tensión narrativa”. Este concepto ya no presupone la existencia de ciudadanos conscientes que desean y necesitan ser informados para actuar en democracia. Ya no se trata de arrojar luz sobre los acontecimientos para que el ciudadano libre pueda situarse en un contexto y tomar una decisión. Se trata de crear audiencias que quieren ser entretenidas.

En resumen, Salmon identifica tres consecuencias de la revolución de las comunicaciones:

  1. El hombre de Estado se presenta ahora menos como una figura de autoridad que como algo que consumir”.
  2. El ejercicio del poder (…) ahora se identifica con el éxito de una performance compleja donde las artes antiguas del relato y la ley de la retórica se combinan con las nuevas tecnologías de la información”.
  3. El escenario político se desplaza de los lugares de la deliberación y la decisión política”. Pasa “del escenario democrático sometido al principio de representación (el Parlamento, la plaza, etc.) al escenario mediático regido por las leyes del simulacro”.      

Así pues, los políticos se han convertido en unos productos de entretenimiento más que ya no actúan en los escenarios tradicionales en los que se desplegaba el poder político, sino que han tenido que subir al escenario común de la sociedad de la información junto a los demás productos mediáticos, mientras que los ciudadanos son reducidos a simples audiencias. La consecuencia es lo que Salmon denomina una “espiral de pérdida de legitimidad” que destruye la política como se había estado desarrollando durante siglos.

Según el autor, con la revolución de las comunicaciones “el dispositivo representativo del poder se ha mantenido más o menos igual durante siglos, descansaba en las mismas técnicas de escenificación, de transmisión de la voz, en los mismos dispositivos escenográficos, en los mismos rituales que regulaban la aparición pública de los soberanos, las mismas técnicas de movilización y de convocación de las masas. La radio y la televisión primero, y luego la explosión de internet, han revolucionado radicalmente este dispositivo representativo”.


El poder político reducido a un simple guión

No se trata ya de ejercer el poder y de representarlo, sino de interpretar un guión en un relato diseñado para alcanzar y mantener el gobierno. La consecuencia es que la propia política pierde substancia en favor de la apariencia y de la imagen. No se hace política, solamente se proyecta un relato en el que se interpreta la política, ya que ésta ha perdido su autoridad y capacidad real de poder.

Y es que la política como mero relato no es sólo consecuencia de un cambio de técnicas y medios de comunicación, es también la expresión de un momento histórico: el triunfo del neoliberalismo y la globalización.

El Estado nacional está perdiendo competencias en favor de los entes locales y supranacionales. Y por otro lado, el poder de las fuerzas económicas transnacionales, como los bancos, las multinacionales, etc., sobrepasan con creces la capacidad de los estados para controlarlos. Es más, estas fuerzas son las que controlan a los estados e imponen sus agendas, no sólo económicas sino también políticas. A los dirigentes de los estados no les queda poder real, solamente la imagen (reducida y debilitada) del mismo. Y tratan de compensar este vacío a través del storytelling exclusivamente emocional transmitido a través de la maquinaria del entretenimiento mediático. 

En este sentido, como explica Christian Salmon, “el objetivo de los comunicadores políticos es sincronizar y movilizar las emociones. Votar es comprar una historia. Ser elegido es ser creído. Gobernar es mantener el suspense”.

La clave del éxito es que el relato sea verosímil, creído y comprado por la audiencia. Pero la historia no termina con el éxito en las elecciones. El político está obligado a mantener el suspense de su relato constantemente, ya que debe captar y mantener la atención pública indefinidamente en un contexto del entrenamiento de usar y tirar. Es decir, no puede aflojar la máquina para evitar ser desechado y olvidado. Debe mantener el relato como una condena en la que trata de retrasar el fin inevitable de su historia, y por lo tanto de su carrera. Es lo que Christian Salmon denomina la “Estrategia de Sheherazade”, por el nombre de la princesa de los cuentos de “Las 1000 y una noches” que busca entretener al rey con una historia cada noche para evitar así su muerte.


El fin inevitable

Pero el fin llega siempre. Esta dependencia del relato para llegar y aferrarse al gobierno está condenada desde el principio. Según Salmon surgen tres paradojas que conducen a un desenlace inevitable:

Primera paradoja: “La puesta en relato de la acción política destruye a la larga la credibilidad del narrador”. La necesidad de captar la atención constantemente provoca una movilización permanente del relato, lo que a su vez provoca una “sobreinterpretación” y una “inflación de discursos y de historias” con un “efecto corrosivo sobre la credibilidad de toda palabra pública”.

Segunda paradoja: “Los rasgos característicos del sujeto neoliberal (la versatilidad, la capacidad de adaptación), son precisamente los que la teoría del relato reconoce que pueden arruinar la credibilidad del narrador”. Es decir, el actual contexto neoliberal en el que se exige la transformación y la capacidad de ‘reinventarse’ para seguir siendo ‘competitivo’, no es apto para sostener un relato. Una persona que cambia como un camaleón –seguramente obligado por las circunstancias- traicionando su papel en el relato le convierte en una persona no fiable. Es el caso de la percepción que se tuvo de Zapatero y sus políticas anticrisis después de representar un relato basado en la justicia social, o de  Rajoy, que llegó al Gobierno con el relato de la promesa de acabar con el paro pero cuyas políticas parecen estimularlo más. O de Hollande, Obama, etc.

Tercera paradoja: Es lo que Salmon denomina “el voluntarismo impotente” debido a la pérdida de competencias y de poder del Estado como consecuencia de la globalización y del neoliberalismo. Es decir, el candidato gana las elecciones prometiendo aplicar una serie de medidas contundentes, un cambio rotundo de la realidad mediante la política y utilizando el poder del Estado, pero que en realidad no puede realizar porque el Estado está cada día más vacío y carece de ese poder. Ese vacío es sustituido por la imagen todopoderosa del líder que trata de compensar así la impotencia real con un simulacro virtual de despliegue de poder. Salmon lo explica así: “El poder es esa fuerza que, para no tener que ejercerse, debe manifestarse, por ejemplo, bajo la forma del hiperpresidente”.

Inevitablemente, después de crear, alimentar y estirar el relato, al final siempre llega la decepción de la audiencia. No es posible aplicar el relato del cambio prometido en la realidad neoliberal que reduce el poder del Estado a la impotencia. Así, por ejemplo, un buen número de los principales líderes de las democracias occidentales acabó sus días al frente de sus gobiernos acusados de haber engañado con su relato a la audiencia. Zapatero en España, Blair y Brown en el Reino Unido o Schröder en Alemania, terminaron sus mandatos tras un periodo de caída brutal de su popularidad después de haber gozado de un respaldo masivo en las primeras etapas de sus gobiernos. Otros gobernantes aún en activo también están sufriendo este desgaste en su credibilidad, como Rajoy en España, Hollande en Francia y el propio Obama en los EEUU.

El final feliz del relato político es imposible. Siempre termina mal porque, debido al debilitamiento de la política, nunca podrá cumplir las elevadísimas expectativas que debe ofrecer para poder captar la atención de la audiencia de forma prolongada. Salmon finaliza su ensayo con la reflexión acerca de que “la pérdida de credibilidad de la palabra pública no es por tanto un fenómeno coyuntural, no está ligada al contenido de los discursos y no es la sanción de promesas incumplidas; es el producto de una contradicción estructural”.


Es decir, para gobernar hace falta crear un relato, pero al final ese relato se cobra un precio atroz porque devora al que lo creó y dependió de él.     

domingo, 17 de noviembre de 2013

LOS FAMOSOS EN LA POLÍTICA ESPAÑOLA

No es muy habitual que los famosos españoles se "mojen" apoyando explícitamente a algún partido político. Sin embargo, su imagen y su popularidad entre el electorado les convierten en objetivos muy codiciados para los partidos. A continuación les ofrezco algunos ejemplos curiosos de vídeos de apoyos explícitos de actores, escritores o cantantes muy famosos en España en campañas electorales. 



Estos ejemplos se limitan a los partidos de izquierda ya que he sido incapaz de encontrar algún vídeo de famosos apoyando la campaña electoral del Partido Popular, aunque seguro que los hay.   




PSOE

Campaña electoral de las generales de 1996



Campaña electoral de las generales de 2008:




Izquierda Unida

Campaña electoral de las generales de 2011





viernes, 1 de noviembre de 2013

LA CONSTANCIA DEL MENSAJE DE ESQUERRA

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) lo tiene claro desde hace mucho tiempo y así lo traslada en su mensaje: busca la independencia catalana y se presenta como un partido que defiende la justicia social. Independencia y estado social, un mensaje sólido que esta formación lleva defendiendo sin cambios ni virages desde hace más de diez años cuando dio el salto de ser un partido minoritario a socio de gobierno de la Generalitat. Hoy es otra vez el partido que sostiene al gobierno y el que mayor intención de voto atesora. Es la consecuencia de una constancia en el mensaje prácticamente inédita en el sistema de partidos español.    



Hace 14 años ERC era un partido minoritario. En las elecciones catalanas de 1999 consiguió 271.173 votos, el 8,67% del total. Era la cuarta formación política con 12 escaños en el Parlament. Cuatro años después pegó el gran salto. En 2003 consiguió 544.324 votos, el 16,5%, duplicando su resultado anterior y pasando a ser la tercera fuerza política. Desde entonces no ha perdido fuelle (excepto en 2010, cuando bajó al 7% con sólo 10 diputados tras salir de su experiencia en la Generalitat). En las elecciones catalanas de 2012, ERC alcanzó hasta ahora su mejor posición. Aunque con 498.124 votos, el 13,70%, consiguió menos que en 2003, fue suficiente para ser la segunda fuerza política catalana con 21 diputados. Pero el ascenso no se ha frenado todavía. Según una encuesta de GESOP publicada por El Periódico el pasado mes de octubre, ERC sería el partido más votado de Cataluña con entre 36 y 38 escaños, superando a CiU que conseguiría entre 31 y 32 escaños. Es el único partido en ascenso. ¿Por qué?

Según las últimas encuestas, más de la mitad de los catalanes está a favor de la independencia. ¿Es como consecuencia del impacto del mensaje de ERC? ¿Es consecuencia de otras variables? ¿Es una suma de varias circunstancias? Probablemente esto último. Sin embargo, este auge del sentimiento independentista está marcando la agenda política catalana pidiendo un referéndum sobre la continuidad de Cataluña en España, lo que ha llegado incluso a desafiar el actual marco normativo territorial español de una manera desconocida desde que Lluís Companys proclamó la república catalana en 1934. Todos los partidos catalanes han tenido que ajustar sus discursos y programas a esta nueva realidad, excepto ERC que ya lo incluía en su agenda, lo que, seguramente, le confiere a este partido una credibilidad independentista y nacionalista entre el electorado de la que carecen las demás fuerzas políticas.  

ERC es uno de los pocos partidos que ha mantenido la constancia en su mensaje, tanto en el gobierno como en la oposición. Ese mensaje es muy sencillo: quieren la independencia y un estado que defienda la justicia social. Nacionalismo y socialismo, los dos mensajes aparentemente contradictorios que ofrecían CiU y PSC se aúnan en ERC en una mezcla muy eficaz.


2003: España vs Cataluña

La vertiente nacionalista/independentista del mensaje de Esquerra ya se refería en 2003 a la presunta "explotación española" de las riquezas catalanas, lo que habría tenido como consecuencia una situación económica de Cataluña muy por detrás de sus posibilidades con respecto a lo que podría conseguir si fuera independiente. Es decir, hace una década ERC ya decía lo que el actual gobierno de CiU lleva diciendo desde hace pocos años y lo que ya es una percepción ampliamente compartida en la sociedad catalana. Es un mensaje sencillo y eficaz, que poco a poco y debido a su constancia, ha calado y ahora marca la agenda política.

Ese mensaje se veía reforzado por la presencia entonces del PP en el gobierno central. El mensaje nacionalista español del Gobierno de José María Aznar, muy eficaz para movilizar el voto en el interior del país, conseguía movilizar a su vez a sus contrarios en las regiones periféricas, poniendo en marcha una espiral de radicalización en las percepciones nacionalistas que, desde entonces, se han ido retroalimentando. ERC aprovechó esta circunstancia para movilizar así un voto de rechazo con el objetivo de capitalizarlo, lo que consiguió sobradamente si se observan los votos cosechados desde entonces.

A continuación dejo dos vídeos que son buenos ejemplos de esta identificación que hacía ERC de España=PP hace ya una década:
Espot de ERC en las elecciones municipales de 2003



Espot de ERC en las elecciones generales de 2004




La colaboración de ERC en el gobierno de la Generalitat entre 2003 y 2010, que coincidió prácticamente en el tiempo con un gobierno central socialista, no impidió que ERC siguiera insistiendo con su mensaje independentista. La presencia de presidentes socialistas en la Generalitat y en La Moncloa suavizaron bastante el conflicto centro-periferia en Cataluña, aunque no en el resto de España (por ejemplo en Madrid) debido a las resistencias por parte del PP al nuevo estatuto de autonomía de Cataluña promovido por el tripartito catalán (PSC, ICV y ERC) y tolerado por el Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero. 

Es decir, en esa etapa ya no había oportunidad para ERC de movilizar a su electorado con un mensaje de defensa frente a un presunto "ataque" español a los intereses de Cataluña. Sin embargo, aún así ERC persistía en su mensaje en favor de la independencia, como demuestra este vídeo electoral de 2008:    





Después de las elecciones de 2011

La situación volvió a cambiar a partir de finales de 2011 con la abrumadora victoria electoral del PP y la crisis económica. Desde entonces ERC ha recuperado su discurso de conflicto España-Cataluña, al que ha añadido la dimensión social, muy demandada por la ciudadanía. Ahonda en la idea de que Cataluña sufre económicamente la "explotación" por parte de una España que le es hostil. Este mensaje es el mismo que hace una década y posiciona a ERC una vez más claramente a favor de la independencia, como lleva haciendo desde siempre. sin embargo, la diferencia es que esta vez presenta la independencia como una necesidad para el bienestar social de los catalanes.

Este mensaje, en el actual contexto demoscópico favorable a la independencia, sitúa a ERC en una situación mucho mejor con respecto a los partidos que tradicionalmente se han identificado fuera del discurso nacionalista, como el PP y el PSC. Pero a esto se une, además, la demanda de un mensaje de justicia social que diferencia a ERC de CiU dentro del campo nacionalista. Es decir, ERC es creíble como partido independentista y como partido defensor de la justicia social.

Estos son dos ejemplos recientes del mensaje ERC y que tanto está calando en la sociedad catalana:


Vídeo elecciones catalanas 2012



Campaña en junio de 2013, "¿Cómo te imaginas la república catalana?"




Independencia y justicia social son el eje del mensaje de ERC y probablemente la causa de su actual auge político. La diferencia con otros partidos que también presentan estos mensajes es que ERC es creíble ante el electorado porque defiende un mensaje que ya lleva repitiendo desde hace muchos años. Esa persistencia en el mensaje le ha permitido a ERC gozar de una percepción de coherencia entre la sociedad catalana de la que carecen las demás fuerzas políticas, cuya credibilidad está muy golpeada por la crisis, como ocurre en el resto del territorio español. 

Es decir, ERC vive ahora un momento dulce después de muchos años de duro y persistente trabajo de comunicación. Falta ahora conocer si ese trabajo acabará por tener éxito definitivamente y conducir al nacimiento de la República Catalana.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Miedo a la soledad

Los seres humanos somos seres gregarios. Vivimos en sociedad y dentro de ella nos organizamos en grupos más pequeños. Adoptamos identidades regionales, locales, deportivas, nos comprometemos con organizaciones, buscamos amigos, convivimos con la familia o la intentamos crear, etc., pero tratamos de no estar nunca solos. Es tan fuerte el instinto del ser humano de vivir acompañados que incluso afecta a nuestro comportamiento individual, que generalmente cede ante las demandas del grupo. Es decir: sentimos miedo a la soledad y haremos lo que sea para evitarla.


La politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann acuñó el concepto de la "espiral del silencio" para explicar la importancia del instinto de pertenencia a un grupo en el comportamiento humano, por ejemplo en la política. Explicó, a grandes rasgos, que el ser humano siente miedo a verse socialmente aislado y por ello busca adaptarse a la opinión pública imperante en ese momento acercándose y apoyando la opinión que consideran más fuerte. Eso da fuerza a los seguidores de esa corriente, que animados por ese apoyo masivo, no dudan en exteriorizar su opción dándole aún más publicidad y sensación de fuerza, lo que a su vez atrae a más personas. Por el otro lado, los seguidores de la corriente identificada como menos fuerte tratan de huir del aislamiento ocultando su preferencia, que va perdiendo así presencia social y se refuerza el rechazo. Caen en la espiral del silencio. 

En el caso de la política española, hoy podríamos aplicar la espiral del silencio a la intención de voto de los grandes partidos y de los pequeños. Resumiendo mucho, se podría afirmar que en un ambiente social en el que el PP y el PSOE son criticados constantemente en los medios de comunicación y en la calle, sus militantes y votantes tratan de ocultar generalmente su opinión política para no ser censurados públicamente y sufrir rechazo. Por otro lado, los partidarios de los partidos pequeños como Izquierda Unida o UPyD, o de organizaciones como la Plataforma Antidesahucios, no dudan en preconizar su militancia o su preferencia, lo que da al resto de personas la sensación de que estas marcas están en auge, lo que provoca mayor aceptación social.  

A continuación os propongo unos vídeos con algunos de los experimentos clásicos de psicología social que demostraron la dependencia del comportamiento humano respecto al grupo:


Experimento de conformidad con el grupo, de Solomon Asch:


Realizados por primera vez en 1951 por Solomon Ash, estos experimentos demostraron que el individuo es capaz de sostener en público opiniones manifiestamente erróneas con tal de no aparecer aislado. En este caso se pedía a los estudiantes que participaran en una prueba de visión, en la que todos menos unos eran cómplices del experimentador. Se les enseñaban barras de diferente tamaño y tenían que señalar cuales eran de la misma longitud. Cuando los cómplices señalaban dos barras evidentemente erróneas, la mayoría de los estudiantes preferían seguirle el juego al grupo a mantener su propia y evidentemente correcta opinión.


Experimento del ascensor:



Otro experimento clásico de la psicología social muestra la dificultad del individuo a mantener una postura diferente a la de la mayoría. En este caso, una persona entra en un ascensor y se espera a que se ponga en movimiento mirando al exterior. Rápidamente es rodeada de un grupo de personas que también esperan a que el ascensor se ponga en movimiento, pero lo hacen mirando a la pared. El individuo que mira hacia afuera es colocado en una situación de aislamiento, por lo que sufre una presión tan fuerte que acaba dándose la vuelta también aunque no tenga ningún sentido práctico. 



La espiral del silencio, spot electoral del PP de Extremadura 
en las elecciones autonómicas de 2011:


Por último os ofrezco este spot muy curioso del PP de Extremadura en las elecciones autonómicas de 2011. Juega muy conscientemente con la espiral del silencio, pero le da la vuelta. En una comunidad autónoma en la que el PSOE había gobernado desde la Transición, los votantes del PP se sentían tradicionalmente aislados y atrapados en la espiral del silencio. En este spot, el PP le da la vuelta a su silencio cotidiano y lo transforma en "mayoría silenciosa", movilizando a sus seguidores y atrayendo a los indecisos haciéndoles pensar que el PP es la opción más fuerte, también en Extremadura. Al final el PP consiguió romper la espiral del silencio y ganó, como en casi todas las autonomías españolas en 2011, pero en Extremadura necesitó la ayuda de Izquierda Unida.