miércoles, 16 de octubre de 2013

Miedo a la soledad

Los seres humanos somos seres gregarios. Vivimos en sociedad y dentro de ella nos organizamos en grupos más pequeños. Adoptamos identidades regionales, locales, deportivas, nos comprometemos con organizaciones, buscamos amigos, convivimos con la familia o la intentamos crear, etc., pero tratamos de no estar nunca solos. Es tan fuerte el instinto del ser humano de vivir acompañados que incluso afecta a nuestro comportamiento individual, que generalmente cede ante las demandas del grupo. Es decir: sentimos miedo a la soledad y haremos lo que sea para evitarla.


La politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann acuñó el concepto de la "espiral del silencio" para explicar la importancia del instinto de pertenencia a un grupo en el comportamiento humano, por ejemplo en la política. Explicó, a grandes rasgos, que el ser humano siente miedo a verse socialmente aislado y por ello busca adaptarse a la opinión pública imperante en ese momento acercándose y apoyando la opinión que consideran más fuerte. Eso da fuerza a los seguidores de esa corriente, que animados por ese apoyo masivo, no dudan en exteriorizar su opción dándole aún más publicidad y sensación de fuerza, lo que a su vez atrae a más personas. Por el otro lado, los seguidores de la corriente identificada como menos fuerte tratan de huir del aislamiento ocultando su preferencia, que va perdiendo así presencia social y se refuerza el rechazo. Caen en la espiral del silencio. 

En el caso de la política española, hoy podríamos aplicar la espiral del silencio a la intención de voto de los grandes partidos y de los pequeños. Resumiendo mucho, se podría afirmar que en un ambiente social en el que el PP y el PSOE son criticados constantemente en los medios de comunicación y en la calle, sus militantes y votantes tratan de ocultar generalmente su opinión política para no ser censurados públicamente y sufrir rechazo. Por otro lado, los partidarios de los partidos pequeños como Izquierda Unida o UPyD, o de organizaciones como la Plataforma Antidesahucios, no dudan en preconizar su militancia o su preferencia, lo que da al resto de personas la sensación de que estas marcas están en auge, lo que provoca mayor aceptación social.  

A continuación os propongo unos vídeos con algunos de los experimentos clásicos de psicología social que demostraron la dependencia del comportamiento humano respecto al grupo:


Experimento de conformidad con el grupo, de Solomon Asch:


Realizados por primera vez en 1951 por Solomon Ash, estos experimentos demostraron que el individuo es capaz de sostener en público opiniones manifiestamente erróneas con tal de no aparecer aislado. En este caso se pedía a los estudiantes que participaran en una prueba de visión, en la que todos menos unos eran cómplices del experimentador. Se les enseñaban barras de diferente tamaño y tenían que señalar cuales eran de la misma longitud. Cuando los cómplices señalaban dos barras evidentemente erróneas, la mayoría de los estudiantes preferían seguirle el juego al grupo a mantener su propia y evidentemente correcta opinión.


Experimento del ascensor:



Otro experimento clásico de la psicología social muestra la dificultad del individuo a mantener una postura diferente a la de la mayoría. En este caso, una persona entra en un ascensor y se espera a que se ponga en movimiento mirando al exterior. Rápidamente es rodeada de un grupo de personas que también esperan a que el ascensor se ponga en movimiento, pero lo hacen mirando a la pared. El individuo que mira hacia afuera es colocado en una situación de aislamiento, por lo que sufre una presión tan fuerte que acaba dándose la vuelta también aunque no tenga ningún sentido práctico. 



La espiral del silencio, spot electoral del PP de Extremadura 
en las elecciones autonómicas de 2011:


Por último os ofrezco este spot muy curioso del PP de Extremadura en las elecciones autonómicas de 2011. Juega muy conscientemente con la espiral del silencio, pero le da la vuelta. En una comunidad autónoma en la que el PSOE había gobernado desde la Transición, los votantes del PP se sentían tradicionalmente aislados y atrapados en la espiral del silencio. En este spot, el PP le da la vuelta a su silencio cotidiano y lo transforma en "mayoría silenciosa", movilizando a sus seguidores y atrayendo a los indecisos haciéndoles pensar que el PP es la opción más fuerte, también en Extremadura. Al final el PP consiguió romper la espiral del silencio y ganó, como en casi todas las autonomías españolas en 2011, pero en Extremadura necesitó la ayuda de Izquierda Unida. 

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