¿A
quién representa el partido de Rosa Díez? Este partido de corta existencia se
encuentra según las encuestas en una posición en la que aspira a influir en las
futuras composiciones de gobierno a todos los niveles: local, regional e
incluso nacional. Esa posición se debe a un crecimiento en la intención de voto
se mediante un discurso diseñado para captar el mayor número de votos de otros
partidos, primero del PSOE y ahora del PP. ¿Quién vota hoy a UPyD? ¿Ha
encontrado ya su espacio ideológico?
Los pasados 1, 2 y 3 de
noviembre UPyD celebró su II Congreso que finalizó con el mensaje claro de su
líder Rosa Díez de que están dispuestos a gobernar: “Hemos hecho una tarea muy importante para preparar el
partido para gobernar, para ser un instrumento de gobierno, no dentro de mucho,
sino dentro de muy poco tiempo”, dijo. El mismo día en el que comenzaba
su evento, UPyD quiso dejar clara su influencia entre los demás partidos a
pesar de su pequeña representación institucional y anunció que ponía fin a su apoyo al gobierno socialista de Asturias.
También sacó pecho sobre su reciente iniciativa en el Congreso de los Diputados sobre la defensa de la unidad de España y la manera de cómo PP y PSOE
tuvieron que seguirle el juego, provocando un duro conflicto entre el PSOE y el PSC: “Este grupo de cinco diputados ha tomado de la
solapa a los dos principales partidos y ha conseguido que 286 diputados digan que
la unidad de la nación es indisoluble”, afirmó una Rosa Díez visiblemente
muy satisfecha y que presumió de coherencia: “Hoy puedo decir con orgullo en
nombre de todo el partido que somos lo que decimos, decimos lo que hacemos y
que somos lo que hacemos”. Ahora sólo falta saber ¿quiénes son esos
votantes? Y ¿qué es lo que dice, hace y es UPyD?
Estancamiento
en las encuestas
El último Barómetro del CIS, el de octubre de 2013, arroja un poco de
agua fría en el optimismo desbocado de UPyD. Aunque esta encuesta le da un 7,7%
de intención de voto, que sigue siendo bastante más que el 4,69% de los votos
conseguidos en las elecciones generales de 2011, es sólo un 0,4% más que en
octubre de hace un año. Es decir, según el CIS, UPyD está estancada. Sus
votantes son los mismos que hace un año, al menos en número. Además, si se mide
la intención de voto directa, es decir cuando se pregunta al encuestado
directamente por qué partido va a votar y cuál es el que mayor simpatía le
despierta, UPyD baja hasta el 6%.
Fuente: El País |
Otra encuesta recientemente publicada, la del Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales para la revista Temas, observa también un estancamiento en la
intención de voto a UPyD. En este caso, los resultados serían un poco peores,
entre un 7,2% en caso de baja participación electoral, y de un 6,8% en caso de
que la participación sea alta. Hace un año, esta encuesta le daba a UPyD un
resultado mejor: entre un 7,8% y un 8,9%. Esta ligera bajada de los datos de UPyD
en el último año, a pesar de que las condiciones siguen siendo las mismas
(crisis económica, desconfianza hacia los partidos tradicionales, etc.), hace
que este estudio afirme que “este partido puede estar llegando a su tope de
posibilidades políticas efectivas en torno al 6/7%”
Encuesta del Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales para la revista Temas. |
De camino hacia el centro-derecha
UPyD puede estar dejando de crecer y puede que se haya estabilizado entre
un tipo concreto de electorado. Según las encuestas, ese electorado vendría,
sobre todo, del PP, un partido que está sufriendo una sangría impresionante de
apoyos desde su mayoría absoluta en 2011. Según el estudio para la revista
Temas, “los votos que pierde el PP no van a parar a un solo partido, aunque
UPyD crece de manera apreciable en los espacios de centro”. Es decir, este
partido se está beneficiando de la huída de votos del PP. Por lo tanto, ¿se
está convirtiendo UPyD en una formación de centro derecha?
Así lo ve el Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales, que asegura que
“los espacios de centro-centro es donde está penetrando UPyD, que ya tiene la
mayoría de los apoyos en los espacios del 4 y del 5, con una creciente
inflexión hacia los espacios situados en el centro derecha del espectro
político”. Es decir, si el espectro ideológico español se midiera de uno a 10,
siendo 10 la ultraizquierda y 1 la ultraderecha, la mayoría de la población
situaría a UPyD en el 4,78, y a su líder Rosa Díez en el 4,98. Es decir, en el
centro ligeramente escorado a la derecha.
Sin embargo, curiosamente, los votantes de UPyD sitúan a su partido en
el 5,42, es decir, en el centro pero ligeramente escorado hacia la izquierda.
¿Es esta percepción un resto de tiempos pasados? Podría ser. Antes de las
elecciones de 2011, UPyD se presentaba como una alternativa a un PSOE en el
Gobierno muy desgastado y en ello tuvo mucho que ver el origen socialista de la
propia Rosa Díez. Esto atrajo a muchos votantes socialistas, seducidos por un
discurso centrado en la justicia social presuntamente herida por el PSOE y la
profundización en los valores democráticos. Esto tuvo sus consecuencias en la
percepción que se tenía de esta formación. Por ejemplo en 2010, los seguidores
de este partido se atribuían un 6,25 en la escala, es decir, claramente en el
centro izquierda.
Desde entonces, UPyD ha ido “derechizando” su imagen hasta llegar al 5,42
actual entre sus votantes y al 4,78 entre el resto de la población. La imagen
de Rosa Díez vive el mismo proceso, ya que si hoy se la ubica en el mismo
centro (4,98), hace un año se le situaba más hacia la izquierda, en el 5,98.
Es decir, UPyD no crece en intención de voto, pero en el margen en el
que lo hace, su camino es hacia la derecha. ¿Es como simple consecuencia de su
estrategia de caza de votantes de un PP malherido? O ¿se trata de una
consecuencia lógica de un partido con un discurso de derechas?
Seguramente se trate de una combinación de ambos factores. Por un lado,
UPyD trata de hacer leña del árbol caído de la crisis del PP, de la misma forma
que se benefició en 2011 de la crisis del PSOE. Pero también es cierto que entre
su acervo ideológico se encuentra en lugar muy destacado la defensa de la
unidad de España y el enfrentamiento con los nacionalismos, hoy sobre todo con el
catalán en pleno conflicto soberanista, y una posición dura con respecto a los
presos de ETA. Son discursos muy aptos para pescar en el caladero del PP, a los
que se suman gestos como el fin del apoyo al gobierno socialista en Asturias y el discurso ‘estándar’ de crítica a ambos partidos grandes, ya que
el de Díez insiste constantemente en ser “diferente” y acusa a PP y a PSOE de
ser los responsables de la crisis.
¿Ha venido UPyD para quedarse?
Precisamente la crisis
es la que ha hecho posible la eclosión de UPyD y su irrupción en el sistema
político español. No tanto la crisis económica, como la crisis de confianza en
los partidos políticos mayoritarios y en las instituciones políticas. UPyD se
presenta como el partido de la transparencia, contra el derroche y de la
participación democrática. Precisamente las demandas clave de buena parte de la
ciudadanía desencantada con el sistema político español nacido en la
Transición. UPyD es un partido actual, sin pasado orgánico. ¿Podría ser esa una
de las claves de su éxito?
Los politólogos Rokkan y
Lipset divulgaron en los años 60 el concepto de clivaje, un anglicismo que
quiere decir “fisura” o “escisión”, y con el que trataron de analizar el
surgimiento de los partidos políticos. Simplificando bastante la explicación de
esta teoría, estos científicos pensaban que los partidos surgían como
consecuencia de la existencia de conflictos sociales. Así, por ejemplo, del
conflicto campo-ciudad surgieron los partidos agrarios; del conflicto entre
trabajadores y propietarios de las fábricas surgieron los partidos socialistas;
de los conflictos entre el Estado y la Iglesia surgieron los partidos
cristianodemócratas; del conflicto centro-periferia nacieron los partidos nacionalistas; etc.
Cabe preguntarse si
UPyD ha nacido de un clivaje. ¿Es la consecuencia de la demanda de una parte de
la ciudadanía descontenta con el sistema de partidos anterior a la crisis? Si
fuera así habrá partido magenta para rato, ya que habría encontrado su sitio en
un sistema de partidos al que no le ha quedado más remedio que adaptarse a los
nuevos tiempos y a las nuevas demandas políticas. Es lo que opina Rosa Díez,
que está convencida de que su partido ha llegado para quedarse. Por eso se presenta
como la llave para dar y quitar gobiernos (como en Asturias), y en definitiva,
como un actor fundamental en el sistema de partidos que tanto critica. La
pregunta es si su sitio en el espectro de partidos es el centro derecha.
Todavía es pronto para
saberlo, pero parece que este es el caso. UPyD se encuentra sumergido en el
segundo ciclo político desde su fundación. En el primero (hasta 2011) se
presentó como un partido progresista con el objetivo de cazar votos entre el
electorado socialista, y en el segundo (desde 2011) defiende un discurso
conservador para atraer a los votantes del PP. Como consecuencia UPyD aparece
cada vez más como un partido de centro derecha, y parece que en este proceso está
consiguiendo hacerse un hueco en el sistema de partidos, pero a costa de haber
alcanzado su techo de intención de voto con un 6-7%. Puede estar allí mucho
tiempo, sobre todo porque UPyD va en dirección contraria a la tendencia general
en la sociedad española que es de avance hacia posiciones de izquierda (en 2013
la media de ubicación de los españoles en el espectro ideológico es de 6,12, es
decir, de izquierda moderada, según el Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales).
Es decir, puede que
UPyD consiga muchos votos pescando en el caladero del PP que le permitan jugar
un intenso papel institucional en el futuro, pero eso le posiciona como un
partido de centro derecha, una ubicación ideológica que no podrá abandonar a
corto o medio plazo si no quiere perder su credibilidad entre sus nuevos
votantes y en la sociedad en general. Ahí radica el problema para UPyD: esos
votos serán menos de los que habría podido conseguir si hubiera persistido en continuar
su primer impulso y hubiera seguido compitiendo por los votantes de izquierda
moderada, ya que esa es la tendencia ideológica de la mayoría de la población.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.