(Con datos actualizados de las últimas encuestas de Metroscopia, GESOP y el Barómetro del CIS de enero)
El
año 2013 comienza con una incógnita que preocupa a los grandes partidos
políticos. El gran desgaste que está sufriendo el PP en el Gobierno no está
siendo recogido por el PSOE. ¿A dónde van los electores que ahora no confían en
ambas formaciones? ¿A los partidos emergentes de IU y UPyD? ¿A la abstención?,
o ¿volverán a alguno de los grandes en las siguientes citas electorales?
Los expertos hablan del
‘efecto balancín’ para explicar el comportamiento electoral de los españoles
desde la Transición. Tradicionalmente, cuando un gobierno estaba quemado, se
votaba en contra de su gestión y automáticamente el principal partido de la
oposición se beneficiaba de ello. Es decir, cuanto peor le iba al partido en el
poder, mejor le iba a su oponente. Sin embargo, según los datos de las últimas
encuestas, la espectacular bajada de apoyos al PP no está beneficiando a un
PSOE que no consigue remontar. Parece que el balancín se está rompiendo.
El 20 de noviembre de
2011 el PP ganó las elecciones generales con una mayoría absoluta del 44,6% y
el PSOE pasó a la oposición con un 28,8%. Un año después el desgaste del PP es
evidente. Según las encuestas de Metroscopia (para El país) y GESOP (para El
Periódico) publicadas el pasado 3 de febrero, y según el Barómetro del CIS del mes de enero publicado el pasado 6 de febrero, la bajada ha sido espectacular:
Metroscopia |
Según Metroscopia, que
basa sus datos partiendo de una participación del 53%, de la más baja
registrada y tiene en cuenta el estado de opinión generado por el ‘caso
Bárcenas’, el PP baja a un 23,9% de intención de voto, colocándose
prácticamente igual que el PSOE, al que machacó en las elecciones generales de
noviembre de 2011 con casi cuatro millones de votos de diferencia. Según la
encuesta de GESOP esto se traduciría en la pérdida de 50 escaños por el PP que
solamente le sacaría una decena de diputados a un PSOE que en la actualidad
sufre una diferencia de 76 diputados en el Congreso.
Por su parte, el CIS es
más benévolo con el PP (la encuesta se hizo antes de
que estallara el ‘caso Bárcenas’), al que otorga unas expectativas de voto del
35%. Pero son nueve puntos menos que su resultado en las generales.
El PSOE no se beneficia del
desgaste
En el pasado estos
datos habrían significado automáticamente una buena noticia para el principal
partido de la oposición, el PSOE. El llamado ‘efecto balancín’ habría llevado
el voto descontento con el PP hacia la influencia socialista. No es un secreto
que, por ejemplo, las elecciones de 1996 no las ganó Aznar sino que las perdió
Felipe González (por los casos de corrupción, Roldán y Filesa), y que en 2004
no venció Zapatero, sino que perdió el PP por haber mentido en su gestión del
11-M (además de sucesos anteriores como el hundimiento del Prestige o el
accidente del Yak 42).
Sin embargo, esta vez
la pérdida de apoyos al PP no significa que vayan al PSOE. Los datos son
elocuentes. Así, según el CIS, el PSOE tendría un
respaldo del 30,2 %, casi dos puntos más que en octubre y que en las elecciones
de 2011. Ganaría dos puntos, pero el PP perdería nueve. Hay siete puntos de
diferencia que no pasan a los socialistas. Metroscopia habla de un 23,5% de
intención de voto para el PSOE –empate con el PP- y GESOP de una subida de sólo
una decena de escaños en el Grupo Socialista del Congreso.
Los datos son pues
elocuentes: el PP se hunde y el PSOE se estanca o sube muy levemente. La
pregunta entonces es, ¿a dónde van los votos que huyen del PP? La respuesta
fácil sería hacia los partidos emergentes, en especial IU y UPyD a nivel
nacional. Habrá que comprobarlo con datos.
El auge de los partidos
‘medianos’
En las generales de
noviembre de 2011 Izquierda Unida consiguió el 6,9% de los votos y UPyD el
4,7%. Las encuestas actuales hablan, efectivamente, de una fuerte subida en
ambos casos, tanta que ya comienza difícil referirse a ellos como partidos
“pequeños”.
Izquierda Unida llegaría
en torno al 15% de la intención de voto según Metroscopia, y según GESOP podría doblar su número de
escaños en el Congreso de los Diputados llegando a 22-25. El Barómetro del CIS
es más moderado y afirma que obtendría el 9,4 % de los votos, 2,48 puntos más que en los comicios de 2011.
Con respecto a UPyD,
según Metroscopia la intención de voto es del 13,6% (con una participación del
53%, hay que recordar). Es una subida espectacular que confirma una tendencia
ascendente y que, según GESOP, podría hoy proporcionarle a esta formación entre
23 y 26 diputados en el Congreso donde sólo tiene cinco. Además, su líder Rosa
Díez es la mejor valorada de los dirigentes políticos, según Metroscopia. El
CIS, más comedido, dice que UPyD aumentaría 2,11 puntos respecto a las
generales y obtendría el 6,8 % de los votos.
En el escenario más
optimista para ambas formaciones, el de Metroscopia, el crecimiento conjunto sumaría
casi un 18% de los votos y el PP habría perdido 20,7 puntos desde 2011.
¿Significa esto que los que votaron al PP ahora pasan a IU y a UPyD? Dudoso,
sobre todo en el caso de Izquierda Unida, cuya política explícitamente de
izquierdas para desmarcarse del PSOE haría muy extraño un cambio tan radical en
el voto tan sólo un año después de apoyar a la derecha.
Por el otro lado, según
los datos más moderados del CIS ambas formaciones solamente aumentarían
conjuntamente en un 4,6%. Si el PSOE, como mucho, sólo aumenta en un 2% según
el CIS pero el PP baja un 9%, ¿a dónde van los votos restantes?
Los ciudadanos,
desencantados
La abstención puede ser
el lugar natural de estos votantes en un clima en el que la política y los partidos
son percibidos con cada vez mayor hostilidad por parte de los ciudadanos. El CIS muestra que un 21,5% de los
encuestados tiene decidido que se abstendría y otro 19,7% no sabe o no
contesta.
Este Barómetro del CIS
revela que una amplia mayoría de encuestados se refiere a la situación política
actual como mala o muy mala (77,4%) e igual o peor que hace un año (90%). Son
datos espectaculares que se rematan con una percepción muy negativa del futuro,
ya que un 76,7% de los encuestados asegura que la situación política será igual
o peor dentro de un año. Nada bueno para los partidos de la oposición que
pretenden conseguir el cambio en el gobierno.
Una de las causas de
este sentimiento es la nefasta percepción que se tiene de los partidos y de los
políticos, que ya son calificados como el tercer problema de los españoles
detrás del paro y la economía. Un factor que, sin duda, ha contribuido a minar
el prestigio del sistema de partidos es el de la corrupción, que en esta
encuesta se sitúa en el cuarto lugar en el ranking de preocupaciones con
tendencia a crecer teniendo en cuenta que este barómetro se realizó antes de
que se hiciera público el ‘Caso Bárcenas’.
El balancín electoral
se ha roto. La crisis está cambiando el sistema político que valía en España
desde la Transición. El PP y el PSOE están perdiendo apoyos. Un nuevo partido,
UPyD, se está consolidando y otros como IU, que parecían hace poco
desahuciados, están recuperando terreno con rapidez. A nivel regional otras
fuerzas con un mensaje radical como Amaiur o ERC también crecen a expensas de
los partidos nacionalistas tradicionales.
¿Es una tendencia
pasajera o se consolidará? Habrá que esperar hasta la siguiente cita electoral
en junio de 2014 para el parlamento Europeo para comprobarlo.
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