Estos
días resulta difícil para los políticos reconocer públicamente su condición. El
‘caso Bárcenas’ es un terremoto que está sacudiendo el sistema de partidos de
España y golpeando seriamente la reputación de los representantes públicos, ya
muy maltrecha por la crisis. Se ha impuesto el marco de “todos son unos
ladrones”. Pero no todos los políticos lo sufren por igual. Según las encuestas
de Metroscopia para El País y de GESOP para El Periódico publicadas el pasado 3
de febrero, el PP se desploma, el PSOE se mantiene igual y UPyD sube como la
espuma.
Según Metroscopia (que
basa sus datos partiendo de una participación del 53%, de la más baja
registrada) el PP baja en febrero a un 23,9% de intención de voto, colocándose
prácticamente igual que el PSOE al que machacó en las elecciones generales de
noviembre de 2011 con casi cuatro millones de votos de diferencia. Según la
encuesta de GESOP, este desplome del PP se traduciría en la pérdida de 50
escaños en el Congreso.
La bajada del PP fue
especialmente acuciante en el mes de enero, durante el cual se ha escenificado
el ‘caso Bárcenas’, y del que en apariencia el PSOE no sale perjudicado -ya que
mantiene la misma intención de voto en torno al 23%- pero del que tampoco se
beneficia. Es la ruptura del llamado ‘balancín electoral’ ya anunciada hace meses.
Barómetro de GESOP. |
Encuesta de Metroscopia. |
Si hay un gran vencedor
de esta crisis este es UPyD. Según Metroscopia, en enero su intención de voto
subió en un 3,5%, pasando del 10,1% al 13,6% actual. Es una subida espectacular
en sólo un mes que confirma una tendencia ascendente y que, según GESOP, podría
hoy proporcionarle a esta formación entre 23 y 26 diputados en el Congreso donde
ahora sólo tiene cinco. Además, su líder Rosa Díez es la mejor valorada de los
dirigentes políticos, según Metroscopia.
A por los ‘engañados’
Las causas de este
ascenso son muchas y variadas. Por un lado, una vez nutrido de votantes del
PSOE desencantados durante las elecciones de 2011, UPyD se está centrando ahora
en captar a votantes del PP enfadados, muchos de los cuales apostaron por la
derecha en 2011 decepcionados con la gestión de Zapatero y que ahora se sienten
a su vez engañados por Rajoy. Son votantes que desconfían de los dos grandes
partidos de los que se sienten defraudados.
En su estrategia de captación
de votos desencantados UPyD tiene un objetivo claro: los airados. Manuel Castells explica en su libro Comunicación y Poder que los sentimientos son fundamentales para explicar la toma de
partido por parte de la opinión pública. En un contexto de crisis, los
sentimientos más presentes son la ira y el miedo causado por la angustia y la
incertidumbre. Explica Castells que “incluso en una crisis económica, lo que
organiza el pensamiento y la práctica política de la gente es la respuesta
emocional personal y no un cálculo razonado sobre cómo responder mejor a una
crisis”.
UPyD lo sabe y basa su
discurso en los asuntos que más ira despiertan entre el electorado: el ataque a
la llamada “clase política”, a sus privilegios, y a la corrupción. No se
centran en los asuntos que mayor miedo provocan, como el desempleo. Por lo
tanto no proponen planes de empleo o proyectos de cómo salir de la crisis. Saben
que no lo necesitan. Según Castells, el público busca confirmar sus
sentimientos, no información: “Las personas suelen recordar mejor la
información que confirma los resultados u objetivos que desean”. Por eso UPyD sólo
se centra en la ira que siente la opinión pública. Y esa estrategia funciona.
Un marco ‘antisistema’: “los políticos
son unos ladrones”
UPyD es el gran
beneficiario del marco actualmente en boga: “Todos los políticos son unos
corruptos”, un proceso que es, al fin y al cabo, mental. Manuel Castells
explica así el protagonismo de la mente en la teoría de marcos del científico
George Lakoff: “Los marcos son redes neuronales de asociación (…). Enmarcar
significa activar redes neuronales”. Estos marcos se nutren de imágenes y
discursos que asociamos previamente y que situamos juntos en un mapa mental. Es
decir, son las imágenes que asociamos y sumamos inconscientemente hasta crear
un marco.
Por ejemplo, durante
años los marcos clásicos en política eran el de la justicia social en la
izquierda o el de la buena gestión económica en la derecha. Teníamos en mente
que si algún partido iba a tender a buscar la igualdad serían los de izquierda,
y que si alguien iba a bajar impuestos sería la derecha. Ahora ambos marcos
están siendo derrotados por el de “los políticos son unos ladrones” y que
afecta tanto a PSOE como a PP.
El proceso hasta llegar
a asociar a “los políticos” con la corrupción y el despilfarro comenzó hace
tiempo, pero explotó con el 15 M en 2011. Evidentemente se creó al margen de las
élites políticas, pero sorprendentemente gracias a la inestimable colaboración de los medios de comunicación
tradicionales y sustentados por los grandes grupos mediáticos. No en vano, como
dice Castells, “los medios de comunicación son el espacio donde se crea el
poder”.
En concreto, los medios
adscritos a la izquierda fueron los que primero “dignificaron” estas protestas
en la Puerta del Sol. Hace unos años, una protesta contra el sistema político
hubiera sido marginal y marginada por estos medios. Hoy cuenta con la cobertura
en directo no sólo de los medios de autocomunicación de masas en internet (medios
alternativos, blogs, vídeos, redes sociales), sino con la presencia de cámaras
de televisión que contribuyen a situarlas en la agenda, a convertirlas en
legítimas y en multiplicar así el número de asistentes gracias a un efecto
llamada: una manifestación que sale en la tele y de la que se habla bien sólo
puede ser buena.
¿Por qué apoyan estos
medios de comunicación a estas movilizaciones? La lucha entre el Grupo Prisa y
Mediapro –ahora el Grupo Planeta- sería fundamental para comprenderlo. El País
y la Cadena Ser por un lado, y La Sexta (y antes Público) por el otro, pugnan
por el mismo perfil de audiencia. Y en su lucha hacen lo mismo que UPyD: se
dirigen a los airados y tratan de confirmar sus creencias en las noticias que
publican. Así, las noticias que tienen preferencia son siempre aquellas que
sirven para fortalecer el marco de que los “políticos son unos ladrones”. Es la
pescadilla que se muerde la cola.
Paradójicamente el
mayor beneficiario de la construcción de este marco, UPyD, se sitúa al margen
del circuito de estos medios más activos en la retransmisión de las protestas y
de las organizaciones que las convocan. UPyD rompe la ley de “lo que no sale en
los medios no existe”. Sus dirigentes no fueron a la Puerta del Sol el 15 M, no
rodearon el Congreso y no van a Génova a manifestarse. Pero sí están en las mismas
instituciones que se critican tan ferozmente y aún así cosechan los beneficios
de estos actos de protesta.
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