En
2014 se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo. Son las primeras
elecciones en España previas al gran año 2015 con sus citas municipal, regional
y nacional. 2014 será también, previsiblemente, el año en el que los grandes
partidos van a tomar las decisiones más importantes sobre su liderazgo
inmediato. En definitiva, tras dos años de pausa, vuelven a encenderse los
motores electorales.
En España los que siguen
con interés los acontecimientos de la política suelen tener dos años tranquilos
seguidos de dos años de intensa actividad. El hecho central alrededor del cual
gira todo es la cita electoral, ya sea a nivel europeo, local, regional o
nacional. Los españoles votan cuatro veces cada cuatro años, y esas votaciones
se suelen concentran en un espacio de año y medio. Es un tiempo frenético en el
que el gobierno de turno trata de rentabilizar su gestión y la oposición sale
de la confrontación en el ámbito estrictamente institucional para demostrar su
influencia y presentarse como una alternativa real de poder. Todo el mundo
enseña sus músculos y trata de presentarse con el mejor aspecto posible para
ser elegido.
Pero antes de
presentarse de nuevo en público, los partidos –independientemente de su color y
de su magnitud- se enfrentan también a un periodo de confrontación interna, más
o menos velada, en el que deciden quienes de sus líderes asumirán la
responsabilidad de representarles en las elecciones.
Después de las
elecciones generales de noviembre de 2011 y de las locales y regionales de mayo
de ese año, en 2014 empiezan a calentarse de nuevo los motores electorales. La
próxima cita serán las Europeas de mayo que servirán de punto de análisis
fundamental para el resto de citas electorales. A partir de entonces, ¿qué les
espera a los cuatro partidos con mayor representación a nivel nacional?:
Las
elecciones locales y regionales de mayo de 2011 proporcionó al PP el mayor
poder institucional jamás logrado por un partido en la reciente democracia
española. Consiguió
el 46% de las alcaldías de los municipios españoles, el 60% en las ciudades de
más de 50.000 habitantes y todos los gobiernos regionales que se votaban en ese
día excepto Asturias. (Galicia, Euskadi, Cataluña y Andalucía tienen otras
fechas electorales). En noviembre de 2011 ese ‘tsunami’ electoral se confirmó
con una mayoría absoluta de 10,8 millones de votos (44,6%) y 186 diputados en
el Congreso.
Hoy, sin embargo, esa enorme ventaja se ha desinflado. El PP
encara 2014 con una enorme fuga en la intención de voto. Según las últimas encuestas electorales la pérdida de escaños prevista llega
hasta los 50 escaños, según el barómetro de GESOP publicado el pasado 5 de
diciembre en El Periódico. Metroscopia cifra esa pérdida en 40 escaños en una
encuesta publicada el 1 de diciembre de en El País; y GAD 3 prevé una pérdida
de 36 escaños en una encuesta publicada por Antena 3 el pasado 20 de noviembre.
Hablando en porcentajes, el PP perdería un 10,7% de sus votos según
Metroscopia; un 14% según SIGMA DOS (publicado en El Mundo el pasado 20 de
noviembre); y un más de un 12% según el Barómetro del CIS de octubre. En resumen, el PP se está desangrando.
Barómetro de GESOP, 5 diciembre 2013. |
Está en riesgo mantener
con vida el poder recientemente conseguido, sobre todo en lugares que cuentan
con ser bastiones electorales seguros para el PP en los últimos años. Por
ejemplo Madrid. Según una encuesta de Metroscopia publicada el pasado mes de junio, el PP podría perder la mayoría
absoluta en la capital y con ello el poder si los tres partidos de la
oposición (PSOE, IU y UPyD) logran ponerse de acuerdo. Lo mismo ocurre con la Comunidad de Madrid. Tras una serie
ininterrumpida de mayorías absolutas desde 1995, el PP corre el riesgo de
desmoronarse hasta el 35%, también según Metroscopia (mayo 2013).
No
es de extrañar que con estas previsiones se comience a especular con un cambio de
plantel para sustituir a la alcaldesa Ana Botella y al presidente madrileño
Ignacio González.
Pero este cambio no será pacífico, teniendo en cuenta las fracturas internas en
el PP. El partido de Madrid no se ha caracterizado precisamente por su cercanía
y lealtad a Mariano Rajoy ya desde tiempos de Esperanza Aguirre (que sigue
siendo la presidenta del partido madrileño y con ello se reserva cierto poder
orgánico). El único interés en común que
podía unir el trabajo del partido, Eurovegas, se ha caído estrepitosamente y
con él la única excusa para no comenzar las hostilidades.
¿Por qué tendría Rajoy
que mantener en la candidatura a un Ignacio González cuya esposa está imputada
por corrupción y que da unos resultados nefastos en las encuestas? ¿Y a una Ana
Botella que se ha convertido en un hazmerreír constante y además es la esposa
de su rival real en el PP, José María Aznar?
Pero, si no son ellos, ¿quién podría ser candidato? Ya suenan algunos nombres, como el de la delegada del Gobierno en
Madrid y ex diputada regional del PP, Cristina Cifuentes. Ella lo niega,
pero en la misma entrevista en RNE en la que se descartó entonó un decidido
discurso crítico con el anteproyecto de Ley del Aborto presentado por el
ministro Ruiz-Gallardón. ¿Un ataque al archienemigo de su antigua protectora
Esperanza Aguirre o un guiño a sus futuros votantes?
Precisamente esta Ley del Aborto se ha interpretado como
una ley dirigida a contentar a los votantes más extremos a la derecha del PP
para que no abandonen el barco o vuelvan a él. A esta ley se suman otras muy
polémicas que han provocado una enorme contestación social, como la Ley de Seguridad
o la LOMCE. Son leyes con un claro sabor ultraconservador que toca los temas
clave para el electorado más de derechas: el aborto, la confesionalidad en las
escuelas y la seguridad. El miedo de la
cúpula del PP al abandono de estos votantes y la posible creación de un partido
a la derecha es aparentemente tan grande, que no importa el desgaste entre
el electorado moderado y de centro.
è
Por lo tanto, en 2014 el PP tendrá que
hacer frente a la dramática caída de la intención de voto, a evitar que a su
derecha se forme un partido de descontentos que pueda mermar su poder
institucional a largo plazo, y a un previsible enfrentamiento interno por la
renovación de una gran parte de sus candidatos en las plazas más importantes,
sobre todo en Madrid.
Los socialistas fueron
los que sufrieron las consecuencias del ‘tsunami’ del PP en 2011 con la
correspondiente pérdida de poder. En mayo de ese año aún gobernaban en La
Moncloa, pero la nefasta imagen del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero,
así como la gestión que se le atribuía de la crisis, hundieron al Partido
Socialista. En las elecciones locales y regionales de mayo de 2011 el PSOE
solamente logró el gobierno de Asturias (junto a IU y a UPyD), pero perdió
Aragón y los feudos históricos de Castilla La Mancha y Extremadura. En total, el PSOE perdió más de 1,4
millones de votos y gobierna en sólo nueve capitales de provincia frente a 34 el PP. En noviembre de 2011 este desastre
electoral se vio confirmado en las elecciones generales, en las que el PSOE
consiguió 6,9 millones de votos (el 28,73% del total) y sólo 110 escaños, 59
menos que en las anteriores elecciones de 2008.
Dos
años después, los socialistas se enfrentan al año 2014 con una esperanza:
parece que su caída ha parado y se percibe una ligera mejora en sus
expectativas de voto.
Metroscopia (El País del 1 de diciembre 2013) prevé 131 diputados socialistas
(con el 31,5% de los votos) y GAD 3 (Antena 3 el 20 de noviembre de 2013) dice
que serán 122. Por otro lado, hay quien ve incluso una ligera caída, como el
CIS (Barómetro de octubre 2013) que prevé una intención de voto del 26,8%, dos
punto menos que en las elecciones; SIGMA DOS (El Mundo del 20 de noviembre
2013) que prevé un resultado del 27%; o GESOP (El Periódico 5 de diciembre
2013) que prevé una pérdida de entre dos y seis diputados. Ligera subida, estancamiento o ligera caída, en todo caso, el PSOE
parece que ha llegado a su tope y no es previsible una mayor caída.
Sondeo de Metroscopia, 1 de diciembre 2013. |
Esto abre la puerta a
los socialistas a concentrarse en un discurso de recuperación de los votantes y
de regeneración de las siglas como marca electoral. El primer paso ya se ha dado con la celebración de la Conferencia Política el pasado mes de noviembre, en el que el protagonista era el
partido y sus contenidos, y el objetivo era recuperar a los militantes y
votantes ideologizados de izquierdas y descontentos con el PSOE por su gestión
hasta 2011. El segundo paso es el de la
elección del liderazgo. El Comité Federal del próximo 18 de enero pondrá
fecha a las primarias abiertas en las
que, por primera vez en España, no sólo los militantes sino cualquier ciudadano
interesado, podrá elegir entre los diferentes candidatos. Con esta elección se trataría de cerrar así
la herida con el electorado abierta en 2011 y recuperar la legitimación en el
terreno del discurso democrático, siempre que el partido aguante el
resultado con disciplina.
Sin embargo, donde está
la verdadera oportunidad del PSOE de regresar a posiciones de poder es en sus
posibilidades negociadoras con otros partidos. La hemorragia de votos del PP no
tiene como consecuencia una subida correspondiente subida de votos en la
izquierda. El fenómeno del ‘balancín electoral’, por el cual los votos de centro iban y venían de manera natural entre los dos partidos, se ha roto. La pérdida de votos por el PP no se
refleja en más votos para el PSOE. Pero sí en la pérdida de mayorías absolutas
de la derecha en ayuntamientos y gobiernos autonómicos que dan la oportunidad a los socialistas a ocupar el
poder, eso sí, negociando en la mayoría de los casos a tres bandas con IU y UPyD.
Es lo que podría pasar con los ejemplos ya mencionados del Ayuntamiento de
Madrid y de la Comunidad de Madrid.
è
En resumen, el PSOE comienza 2014 con
la certeza de que su caída electoral ha cesado, lo que le permite reagruparse y
rearmarse para tratar de recuperar terreno. Las primarias abiertas para elegir
al candidato a las elecciones nacionales (sin contar otros posibles procesos)
se celebrarán con casi toda seguridad este año con el objetivo de reforzar el
discurso democrático y recuperar la relación con los votantes desencantados. De
todas formas, independientemente del número de votos que los socialistas puedan
recuperar en el próximo año, la hemorragia del PP y su pérdida de mayorías
absolutas abre la puerta al PSOE a recuperar gran parte de su poder
institucional municipal y regional mediante la negociación con IU y UPyD.
Izquierda
Unida se benefició claramente del hundimiento del PSOE en 2011. En las elecciones locales y
regionales de mayo de 2011 consiguió más de 1,4 millones de votos, unos 200.000
más que en la anterior cita electoral. Su poder regional se vio además
incrementado con su apoyo al nuevo gobierno del PP en Extremadura, prefiriendo
apoyar la entrada al Gobierno de la derecha antes que mantener a los
socialistas. En las elecciones generales de noviembre de 2011 esa subida
electoral se vio confirmada consiguiendo más de 1,6 millones de votos, el 6,9%
del total, y 11 escaños, nueve más que en 2008.
Pero
la verdadera sensación de euforia en IU se basa en los resultados de las
encuestas. Según todas ellas, esta formación política sube como la espuma en
comparación a los resultados de noviembre de 2011: Hasta 34 escaños según GESOP; hasta
25 según Metroscopia con el 12% de los votos; 16 escaños según GAD 3; hasta el
13,4% del total de los votos según SIGMA DOS; y hasta el 11,3% según el
Barómetro de octubre del CIS.
Aunque estas cifras
siguen siendo muy buenas teniendo en cuenta los resultados reales cosechados
por IU, el optimismo de esta formación se ve atenuado si se compara los
pronósticos actuales de las encuestas con lo que decían hace cinco meses: En el
sondeo de Mestroscopia de agosto de 2013 IU tenía una intención de voto del
16,2%, cuatro puntos más que en la última encuesta, lo que hubiese
correspondido a 48 diputados, 14 menos que en diciembre. También GAD 3 daba más
escaños a IU en septiembre que ahora, en concreto 11 más que en su última
encuesta en noviembre. GESOP también predijo en julio de este año que IU
tendría hasta 18 diputados más que su sondeo cinco meses después. Es decir, parece que el crecimiento de IU
con respecto a los últimos resultados electorales será muy importante, pero
bastante menos de las expectativas despertadas por las encuestas en los últimos
dos años.
Desde la llegada de
Cayo Lara a su liderazgo, Izquierda
Unida ha apostado por un discurso de confrontación con el PSOE para tratar de
arrebatarle el electorado ideológico de izquierda. En 2011 ese discurso
tuvo mucho éxito si se observa el trasvase de votos, lo que ha propiciado que IU haya preferido mantener su confrontación con los socialistas e incluso aspirar a convertirse en el partido principal de
la izquierda, pesar de que el gobernante ya no es el Partido Socialista
sino el PP. Esto ha provocado algunas situaciones que podrían calificarse como
paradójicas, ya que para demostrar que es más de izquierdas que el PSOE, IU se
niega a trabajar con los socialistas en muchos lugares aunque eso signifique
que el principal beneficiario sea el PP. Eso ha pasado en Extremadura, donde el
PP gobierna gracias a IU, y en Alcalá de Henares, donde una moción de censura
al alcalde del PP con los votos de PSOE y UPyD fracasó debido a la negativa de
IU de apoyarla.
Por otro lado, en 2014 parece que el crecimiento de las
expectativas de IU se va a moderar, de la misma manera que la caída del
PSOE se ha frenado y es de esperar una mejora de su intención de votos. Esto, unido a la caída en barrena del
PP, abre la posibilidad de que en un
futuro no muy lejano IU tenga que tomar decisiones de pacto con el PSOE a pesar
de su discurso. ¿Pactará con los socialistas para conseguir la Alcaldía de
Madrid o la Comunidad de Madrid, por ejemplo? Históricamente ha sido así, y no
es la primera vez que IU ha cambiado su discurso para colaborar con el PSOE a
la hora de llegar al poder. No hay que olvidar que en Andalucía IU apoya el
gobierno socialista nacido en 2012.
En todo caso, IU tendrá que elegir: pactar con los socialistas en un futuro, lo que desencantará a los sectores más ‘puristas’
muy movilizados y eufóricos por los resultados hasta el momento. O mantener su independencia del PSOE
permitiendo gobiernos del PP en minoría, lo que sería muy difícil de
explicar a la mayoría de los votantes. En
todo caso, ambos escenarios supondrán momentos conflictivos en el seno de IU,
cuyas primeras decisiones al respecto tendrán que tomarse en 2014.
è
IU se enfrenta en 2014 a una
moderación de sus expectativas electorales y a la apertura de un debate interno
ante la pregunta fundamental que deberá responder en 2015: ¿Pactos con el PSOE
y llegar al poder en ayuntamientos y comunidades autónomas?, o ¿mantener la
independencia con respecto al PSOE e insistir en convertirse en la fuerza
hegemónica de la izquierda?
Unión
Progreso y Democracia hizo su entrada masiva en la política española en las
elecciones locales y autonómicas de mayo de 2011. Entonces cosechó más de 465.000 votos
y 152 concejales en toda España. En las
elecciones generales de noviembre de 2011, la explosión le proporcionó a esta
formación 1,1 millones de votos y cinco escaños en el Congreso, donde desde
2008 solo estaba representada Rosa Díaz como diputada.
Pero
el verdadero despegue ha venido después, de mano de las encuestas. Según GESOP llegaría hasta los 29
diputados; GAD 3 les da 21 escaños; SIGMA DOS habla del 10,4%; Metroscopia
habla de 11 escaños y el 7,1%; y el CIS del 7,7%. Son unos resultados
excelentes comparados con lo conseguido en las elecciones de 2011, pero al
igual que ocurre con IU, estas cifras no crecen.
Los datos del barómetro del CIS son sólo un 0,4% más
que en octubre de hace un año. Es decir, según
el CIS, UPyD está estancada. Sus votantes son los mismos que hace un año, al
menos en número. Además, si se mide la intención de voto directa, es decir
cuando se pregunta al encuestado directamente por qué partido va a votar y cuál
es el que mayor simpatía le despierta, UPyD baja hasta el 6%. Esta tendencia se ha visto confirmada por la
encuesta de Metroscopia publicada por El País el pasado 1 de diciembre, en la
que UPyD conseguiría el 7,1%, con una participación estimada del 65%. En el
pasado mes de agosto, y con una participación estimada del 52%, Metroscopia
daba una intención de voto a UPyD del 11,8%, casi cinco puntos más que cuatro
meses más tarde. GESOP, por su parte, presenta en diciembre una
intención de voto con hasta cuatro escaños menos que con respecto al barómetro
de julio.
Encuesta de SIGMA DOS, 20 de noviembre de 2013. |
Ante el estancamiento
en las encuestas de UPyD, la caída del PP hace de este partido una cantera
excelente de donde atraer votos, sobre todo el
sector más moderado que podría verse espantado por las últimas leyes
ultraconservadoras aprobadas por el Gobierno de Rajoy. No dejan de ser votantes
del PP, por lo que para atraerlos, UPyD
debe asumir algunos aspectos de su discurso para que se sientan cómodos.
Los temas que ha elegido el partido magenta ya están en el ADN de UPyD desde su
nacimiento: la defensa de la unidad de España frente al soberanismo catalán y
vasco, y dureza en la cuestión de ETA.
Rosa Díez anunció en el II Congreso de
UPyD celebrado hace un par de meses que su partido estaba listo para gobernar. Se refería claramente a la posibilidad
que le dan los números para elegir el color de gran cantidad de próximos
gobiernos municipales y regionales en todo el país. La pregunta es, ¿con quién pactará? La lucha por atraer votantes
del PP le enemista claramente con este partido, ya que compiten por el mismo
electorado. Por otro lado, si finalmente UPyD se ve nutrido de un gran número
de ex electores del PP, esto le obliga a mantener unas posiciones conservadoras
difícilmente compatibles con pactos electorales con la izquierda.
è UPyD se enfrenta en 2014 a la cuestión fundamental de su identidad. Para crecer necesita pescar
en el caladero de votantes del PP, y para ello debe adecuar su discurso
adoptando un contenido más conservador. Por otro lado, se abre la puerta para
su participación en diferentes gobiernos locales y autonómicos (incluso a nivel
nacional) y tendrá que decidir qué orientación dar al partido de cara a futuros
pactos: de centro pero ¿derecha o izquierda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.