Asia
se está armando. Los países asiáticos están liderando el incremento del gasto
militar mundial en los últimos años, lo que está provocando una carrera
armamentística en la región de consecuencias impredecibles. Los conflictos por la
soberanía de islas o territorios fronterizos para controlar supuestos
yacimientos de materias primas se suceden. La riqueza generada por el
crecimiento económico de la zona se utiliza para comprar armas, lo que a su vez
provoca que aumente la percepción de amenaza y no se esté buscando soluciones
en la cooperación y menos en la integración entre los países.
El pasado martes 17 de
diciembre, el Gobierno de Japón,presidido por el primer ministro Shinzo Abe, anunció que iba a poner en marcha un plan de rearme entre 2014 y 2019 frente a las amenazas de China y Corea del Norte. Ese plan costará 170.000 millones de
euros, y con él, Japón pone fin de hecho a su política militar desde su derrota
en la Segunda Guerra Mundial. Para poner fin al militarismo japonés, desde
entonces la política de defensa se basaba en el mantenimiento de un ejército
pequeño y débil que en realidad confiaba su seguridad militar en la alianza y
en las tropas de EEUU.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe. |
La propia constitución japonesa prohíbe cualquier tipo de acción militar
que no sea estrictamente defensiva, limita el rearme para no despertar recelos
entre los vecinos, e incluso prohíbe el mantenimiento de un ejército
propiamente dicho. Es por ello que se denomine a los militares japoneses como
Fuerzas de Autodefensa. Sin embargo, desde la llegada de Abe al Gobierno hace
un año, y tras las crisis por el armamento nuclear de Corea del Norte a
principios de año, y con China hace escasas semanas por la soberanía de unos
islotes, Japón ha apostado claramente
por abandonar la ficción de la política de autodefensa y ha optado oficialmente
por rearmarse, aunque hace años ya que se encuentra entre el ranking de
países del mundo que más gastan en sus ejércitos.
Tokio se suma así a una tendencia que está creciendo entre los países de
su entorno. Las recientes crisis con China y con Corea del Norte sólo son los dos
últimos ejemplos de la inestabilidad de una zona cada vez más conflictiva.
A falta de una organización internacional que canalice a través de la
cooperación los conflictos históricos entre países de manera como lo hizo la
Comunidad Económica Europea en los años 50, en Asia los recelos históricos siguen vivos y se mezclan con intereses
económicos y políticos.
Los
asiáticos, entre los que más gastan en sus ejércitos del mundo
Esta falta de cooperación se traduce en una mayor
inestabilidad en las relaciones entre los países asiáticos, y esa inestabilidad
hace aumentar los riesgos de que algún día se pueda provocar un conflicto armado
entre ellos. Esto, a su vez, es causa de que los países asiáticos
apuesten por rearmarse para disuadir a sus competidores. En este sentido, el crecimiento económico que están
disfrutando estos países hace factible que la mayoría pueda gastar más en
armamento, lo que ha provocado una verdadera carrera de armamento en la zona.
Como consecuencia, de los
15 países del mundo que más gastaron en armamento en 2012, cuatro son
asiáticos, según los datos del Stockholm International Peace Research Institute(SIPRI). Estos países son:
- China: En el segundo puesto mundial de los que
más gastan en sus ejércitos, ha pasado de 22.190 millones de dólares en
2000 a 166.107 millones en 2012. China gastó el año pasado 7,5 veces más
en su ejército que hace doce años, un dispendio que ha sido financiado por
su crecimiento económico ya que el porcentaje de su PIB destinado a
Defensa apenas ha cambiado, pasando del 1,9% en 2000 al 2% en 2012.
· Japón: En el quinto puesto, ha pasado de gastar 45.356 millones de dólares en 2000 (0,97% del PIB) a
gastar 59.267 millones de dólares en 2012 (1% del PIB). El plan de rearme hasta
2019 seguramente provoque que Japón suba puestos en el ranking de 2014.
- India: En el octavo puesto, ha triplicado su
gasto militar en 2012 (47.735 millones de dólares, el 2,5% de su PIB) con
respecto al año 2000, cuando gastó 14.440 millones de dólares (entonces el
3,1% de su PIB).
- Corea
del Sur: En el puesto
número 12, ha duplicado su gasto militar en la última década pasando
de 13.801 millones de dólares (el 2,6% de su PIB) en 2000 a 31.660 millones
de dólares en 2012 (el 2,7% de su PIB).
A estos países habría que añadir Rusia que normalmente no suele estar
incluida entre las potencias asiáticas, a pesar de compartir frontera de miles
de kilómetros con China y ser un actor regional muy importante.
- Rusia es el tercer estado que más gastó en su
ejército del mundo en 2012. Prácticamente ha multiplicado por diez su
gasto militar desde el año 2000 pasando de 9.635 millones de dólares (3,7%
de su PIB) a 90.749 millones de dólares el año pasado (4,4% del PIB).
En todos estos casos se trata de potencias económicas (como Japón y
China) y de países que están disfrutando de un crecimiento económico muy importante en los últimos años, lo que
facilita la financiación del rearme. Tres de estos países están en el grupo de los países
emergentes llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que
acompañan su fuerza económica recientemente adquirida con reivindicaciones de
mayor autonomía política en la comunidad internacional, autonomía que subrayan
gastando cada vez más en sus ejércitos (Brasil también está en la lista de los
15 que más gastaron en defensa en 2012, en el puesto 11º).
Pero esta carrera de armamentos no se limita a los países ricos de Asia
o a los emergentes. Todos los países
asiáticos más importantes han aumentado de manera significativa su gasto
militar entre 2000 y 2012, según datos del SIPRI: Indonesia (en 6.000
millones de dólares), Pakistán (en 4.000 millones de dólares), Tailandia (en
3.500 millones de dólares), Vietnam (en 2.650
millones de dólares) o Filipinas (en 1.674 millones de dólares).
Tampoco los más humildes como Bangladesh se escapan de esta carrera de
armamentos: Entre 2000 y 2012 ha incrementado en casi mil millones de dólares
su gasto en defensa, que el año pasado era de 1.586 millones de dólares. Pero
el caso más espectacular es el de Myanmar, que ha incrementado en 75.305
millones de euros su gasto de defensa en la última década, situando su
presupuesto militar en 2012 en 84.399 millones de dólares, uno de los más altos
del continente.
La fuerza de la disuasión
militar, ¿hasta cuándo?
En resumen: Asia está plena carrera armamentística.
Prácticamente ningún país se escapa de esta tendencia y se gastan miles de
millones de dólares más en defensa que hace una década. El crecimiento
económico de muchos de estos países en los últimos años hace posible la
financiación de este rearme masivo, que nace como respuesta de la desconfianza
mutua y la falta de mecanismos supraestatales de cooperación en la zona que
puedan canalizar los conflictos. En Asia
se confía cada vez más en evitar los posibles conflictos mediante la disuasión
a través de la fuerza militar. Pero eso solamente provoca, a su vez, una
escalada en el rearme.
Marinos japoneses. |
¿Qué pasará cuando la
economía deje de crecer en la zona con la misma fuerza que hasta la fecha?
¿Podrán en ese caso los países asiáticos seguir financiando la carrera de
armamentos, o por el contrario buscarán otras fórmulas más ‘baratas’ para
solucionar sus conflictos?
Sin embargo, hasta que
eso suceda (si es que ocurre) cada vez
que se produzca un conflicto entre estos países, crece el peligro de un error de cálculo y de que se utilicen los
enormes arsenales acumulados por estos países. Por ejemplo, hace pocas
semanas aviones de combate chinos desafiaron a Japón y a Corea del Sur, que
contestaron con otras medidas de fuerza. La causa era el control de unas
pequeñas islas desiertas que los tres países reclaman como suyas. Hace unos
meses, en abril, las flotas china y filipina se encararon por el control de otras islas desiertas en el Mar de China Meridional. En todos estos casos había
en juego supuestos yacimientos de petróleo, que China necesita desesperadamente
en cantidades cada vez mayores para mantener el ritmo de crecimiento de su
economía.
Conflictos por islas o islotes. |
Cada vez se producen
más choques por estas causas y cada vez el tono es más rudo y las respuestas
más contundentes. Un juego arriesgado para el futuro en el que los EEUU juegan
un papel clave como aliado de algunos de los países más destacados que rodean a
China. ¿Estaría Washington dispuesto a participar en una escalada en caso de
que un conflicto no se solucionase con la mera disuasión militar? ¿Estarían los
EEUU dispuestos a ir a la guerra por Japón, Corea del Sur o Filipinas?
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