Un
estudio de la Fundación Bertelsmann indica que la abstención electoral se
dispara en los distritos más humildes, mientras que la participación en las
votaciones es muy alta en los más pudientes. ¿Quiere decir que los ricos votan
y participan en democracia y los pobres se quedan en casa? ¿Qué implicaciones
puede tener para el futuro?
La Fundación Bertelsmann ha publicado un estudio basado en los datos de las últimas
elecciones federales alemanas del pasado 22 de septiembre. La conclusión no
puede ser más clara: la abstención
electoral es mucho más alta en los lugares de menos renta, más paro y menos
nivel educativo que en los distritos más ricos, con mayor tasa de empleo y
un nivel educativo más alto.
El estudio enciende
todas las alarmas y vincula la creciente
precarización laboral en Alemania con el aumento de la abstención electoral en
los últimos años. En la última cita electoral federal del pasado mes de septiembre,
la abstención fue del 28,5% y en la cita anterior, en 2009, lo fue del 29,2%.
En cambio, hace 30 años la abstención en Alemania era de un tercio con respecto
a la de ahora: del 10,9% en 1983 y del 11,4% en 1980, por poner dos ejemplos de
hace una generación. ¿Ha ido bajando la participación electoral a medida que se
iban destruyendo las condiciones de prosperidad y seguridad laboral y se iba
abriendo paso la precarización en el mercado de trabajo?
Evolución de la abstención en Alemania hasta 2009. |
Parece que así
es. Según el último Informe Social de 2013
publicado el pasado 27 de noviembre por la Oficina Federal de Estadística de Alemania, el porcentaje de población en riesgo de
caer en la pobreza aumentó en los últimos años y creció del 15,2% de 2007
hasta el 16,1% en 2011. Este empobrecimiento de la sociedad ha
ido de la mano de la precarización laboral. Así, el número de personas sin
contratos a tiempo completo o con
empleos temporales creció hasta alcanzar prácticamente a un cuarto de la
población (22%), afectando especialmente a las mujeres (33%), los jóvenes
entre 15 y 24 años (33%) y aquellos que carecen de titulación (37%).
Es decir,
los alemanes se han ido empobreciendo en los últimos años, lo que ha podido
influir en una bajada importante de la participación en las elecciones.
Coincide con la tesis del
estudio de Bertelsmann, que indica que en
los distritos con mayor abstención electoral en Alemania se dan las siguientes pautas:
- Hay casi diez veces más personas que podrían clasificarse entre los sectores sociales más precarizados (un 67%) que en los de menor abstención electoral (sólo un 7%).
- Hay cinco veces más personas sin empleo (14,7%) que en los distritos de menor abstención (3%).
- Hay casi el doble de personas sin graduado escolar (15,2%) y más de la mitad de personas sin bachillerato (18,2%) que en los distritos de mayor participación electoral.
- La media de renta anual familiar es de 35.000 euros, un tercio por debajo de los distritos donde más se vota, que es de 52.000 euros.
Una de las conclusiones
a la que llega el estudio es que “el
paro perjudica a la democracia”. Otra es que mientras mayor sea el nivel educativo, mayor es la participación en las
elecciones. Por lo tanto, mientras mayor sea la tasa de desempleo y la de
fracaso escolar, menor será el interés en participar en democracia y mayor la
abstención. ¿Estas conclusiones son aplicables a España?
¿Se puede aplicar a España?
Echando un rápido
vistazo a las últimas cifras, y sin pretensiones empíricas ni científicas,
parece que las conclusiones del estudio sí son aplicables a nuestro país. Las
últimas elecciones a nivel nacional fueron las generales del 20 de noviembre de
2011, en las que se produjo una abstención
del 28,31%, un nivel muy parecido al alemán del pasado septiembre pero con una tasa de paro muy superior, rozando el
23% en ese momento mientras que el desempleo en Alemania en el mes de sus
elecciones era de solamente el 6,6%.
Datos: Ministerio del Interior. |
El estudio de la
Fundación Bertelsmann se hizo comparando diferentes distritos electorales
alemanes, y las mayores diferencias se encontraron entre barrios de las grandes
ciudades como Berlín, Múnich, Hamburgo o Colonia, comparando sus niveles de
participación electoral y otras variables como la tasa de paro. Si se observan las
cifras de Madrid, por ejemplo, las conclusiones del estudio vuelven a ser
válidas.
Por ejemplo, echando un rápido vistazo al mapa electoral de los
barrios madrileños en noviembre de 2011, destaca que el barrio con mayor
abstención electoral era el de San
Cristóbal, en el distrito de Villaverde, con el 39,16%, seguido por el de Orcasur, en Usera, con el 38,67%. En
ambos casos la abstención superaba en diez puntos a la abstención a nivel nacional,
y en ambos casos esta abstención coincidía con barrios con una tasa de paro muy
alta. En San Cristóbal, el paro en noviembre
de 2011 era del 25,1%, mientras que en
Orcasur afectaba al 22,81% de la población.
Por otro lado, la menor abstención en las elecciones se
produjo en los barrios de Niño Jesús, en el distrito de Retiro, con un 16,72%,
y en el barrio de Fuentelarreina, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, con un
16,89%. En Niño Jesús el paro en noviembre de 2011 era del 8,25%, mientras
que en Fuentelarreina el desempleo solo afectaba al 7,29% de la población.
Siguiendo las pautas del estudio de la Fundación Bertelsmann, si se
tiene en cuenta el nivel de renta per cápita, los distritos de Villaverde y Usera están entre los más desfavorecidos.
La media anual de ingresos en Usera era en 2009 (últimos datos estadísticos disponibles) inferior a 18.400 euros, y en Villaverde menor de 21.200 euros. En
cambio, en el distrito de Retiro la renta per cápita anual era de más de 24.000
euros y en Fuencarral – El Pardo era superior a 21.200. La falta de datos
específicos por barrios distorsiona las cifras, ya que en el distrito de
Fuencarral – El Pardo, por ejemplo, se dan grandes desequilibrios entre los
diferentes barrios que componen el distrito y que afectan a la media de la
renta per cápita.
Por último, y teniendo
en cuenta la variable del nivel de estudios de la población para explicar la
abstención, los datos de Madrid también avalan las conclusiones del estudio.
Así, según estadísticas municipales de 2012, el distrito de Villaverde es de los que tiene menor población con
estudios superiores (no más del 14,77%). Usera se encuentra en el siguiente
escalón, con no más del 28,3% de su población con un título superior. Al otro
lado se encuentran los distritos de Retiro y Fuencarral –El Pardo con una
horquilla entre el 42% y el 55,5% de su población con estudios superiores.
Es decir, efectivamente
en los resultados electorales de noviembre de 2011 en Madrid se cumplen las
pautas del estudio de la Fundación Bertelsmann: Los dos barrios con mayor abstención estaban entre los de mayor tasa de
paro, menor renta per cápita y menor nivel medio de estudios de la capital de
España. Por otro lado, la población de los dos barrios con mayor participación electoral
estaba entre la que tenía menos parados, más renta y mayor nivel de estudios.
España, ¿condenada a sufrir
una gran abstención electoral?
Teniendo en cuenta estas
conclusiones y la actual situación de crisis económica y de afección a las
instituciones, ¿qué futuro le espera a la participación electoral en España?
Observando las
variables utilizadas por el estudio para explicar la abstención, en España todas
ellas han crecido mucho en los últimos años.
La tasa de paro a nivel nacional ha ido aumentando hasta situarse en el actual
26,7%, casi cuatro puntos más que en noviembre de 2011. El nivel de renta de los españoles también ha bajado. Según datos recientes publicados por Eurostat, el PIB por habitante
en 2012 se quedó en el 96% de la media europea, retrocediendo a una situación
de hace 14 años. Y por último, la tasa de abandono escolar en 2012 era del 28,8%, el doble que la media europea,
que era del 14,5%, según Eurostat.
Datos del CIS. |
Las consecuencias se
han reflejado en un aumento de la intención de abstenerse en las urnas. Las últimas encuestas sobre intención de
voto reflejan una enorme desafección por la política y unos niveles de
abstención muy altos. Por ejemplo, en el Barómetro del CIS del pasado mes
de octubre, un 28,7% de los encuestados respondió que no votaría sumando la
intención de voto y la simpatía. En el Barómetro del pasado mes de julio era un
29,3%.
Sin embargo, hay otras
encuestas que prevén una abstención masiva. Un sondeo de marzo de 2013 de la empresa Simple Lógica, socia de Gallup
en España, preveía en ese momento que menos de la mitad de los votantes, el
48,3%, participaría en una elecciones generales. O dicho de otra manera, la abstención sería del 51,7%, una
cifra que batiría todos los récords.
¿Puede pasar? ¿Se sentirán los ciudadanos cada vez más ajenos respecto a la democracia a medida que empeore su nivel de vida?
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