- Publicado en MBC Times.
Luis
Bárcenas está hablando. El artículo “Cuatro horas con Bárcenas”, firmado por el
director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, y publicado el pasado 7 de
julio, es el fruto de una conversación entre el ex tesorero y ex gerente del PP
y el periodista días antes de que Bárcenas ingresara en prisión. En él se
describe cómo aceptaba sobornos de empresarios junto al que fue tesorero del PP
antes que él, Álvaro Lapuerta:
“El dinero se entregaba en bolsas,
maletines o maletas en el despacho del tesorero Álvaro Lapuerta en la calle
Génova y en presencia de Bárcenas, en calidad de gerente. Ambos contaban los
billetes y los metían en la caja fuerte, bromeando a menudo sobre si se fiaban
el uno del otro o no.
Cuando el donante abandonaba el
despacho, Lapuerta extraía de la cartera de mano una tarjeta de visita y en el
reverso escribía con letra diminuta el nombre y la cuantía de la entrega.
Bárcenas hacía otro tanto en un libro de caja con sus correspondientes
renglones. Periódicamente Lapuerta cotejaba las ajadas tarjetas que siempre
llevaba encima con las anotaciones de Bárcenas y, al hallarlas conformes, las
certificaba con el correspondiente visé en el margen.
Al día siguiente de la entrega o como
mucho durante la semana posterior Lapuerta llamaba al ministro, secretario de
Estado, presidente, consejero autonómico, alcalde o concejal competente en el
asunto que afectaba al donante. Según Bárcenas, siempre recurría a la misma
literalidad: “¿Qué tal? Soy Álvaro Lapuerta. Te va a llamar fulanito. Tengo
interés en que lo recibas. No conozco el tema del que te va a hablar. Sólo te
pido que seas amable y te tomes un café con él”. Todos sabían que era el tesorero
el que llamaba”.
Esta descripción del modus operandi en el seno de la tesorería
del PP que le hizo Bárcenas a Pedro J. Ramírez estalló como una bomba. En la
misma pieza periodística se afirma que el dinero recaudado de esta manera
irregular, y cuya justificación legal era imposible, “se ingresaba en las cuentas bancarias del
partido, y parte se destinaba a pagar en negro el sobrecoste de las campañas
electorales para eludir la fiscalización del Tribunal de Cuentas y otra parte
se quedaba en la caja fuerte y era utilizado para «otros fines»”.
Esta es la clave del
escándalo. Esos “otros fines” presuntamente incluían el pago de sobresueldos a
altos cargos del PP con el dinero de los sobornos. Queda reflejado en una serie de documentos en
los que Bárcenas habría plasmado de su puño y letra la contabilidad oculta del
PP: a quién se daba un sobresueldo y cuanto dinero recibía. Estos llamados
‘Papeles de Bárcenas’ fueron publicados por el diario El País en enero junto a
la noticia de que el ex tesorero del PP había llegado a amasar una fortuna
impresionante de origen más que sospechoso en un banco suizo.
Desde la información de
los sobresueldos ya no se trataba de un caso de corrupción personal. A partir
de ese momento se sabía que no hay prácticamente ni un solo dirigente del PP
que no esté implicado en este escándalo que puede tener unas consecuencias
políticas insospechadas, ya que también afectaría al mismo presidente del
Gobierno Mariano Rajoy cuando era ministro en el Gobierno de José María Aznar.
Al parecer también se benefició de estos sobresueldos pagados con dinero
procedente de los sobornos de los empresarios al PP para ser favorecidos en sus
negocios.
Esto es lo que se ha
conocido en los últimos días gracias al testimonio del ex tesorero del PP. Sin
embargo, hace medio año Bárcenas todavía desmentía todas las informaciones que
lo situaban en el centro de una trama corrupta que salpicaba a todo el partido.
Su objetivo era salvar la cara a sus ex compañeros del PP y al partido en el
que había trabajado durante 30 años, “un acto de lealtad”.
Bárcenas el “leal”
La
agencia EFE informó en un teletipo el pasado 23 de enero que “El ex tesorero del PP Luis Bárcenas ha
asegurado que nunca ha pagado sobresueldos a miembros de la cúpula del partido
y ha pedido que no se implique a esta fuerza política en las cuentas que él ha
mantenido en Suiza”. El
teletipo, que fue recogido por los principales medios de comunicación,
continuaba ofreciendo las declaraciones de Bárcenas que insistía en que “nunca se ha pagado con recibos a dirigentes
populares, ni se han firmado "recibís".
Una semana
después, Bárcenas anunció una querella contra el diario El País, que había
publicado los papeles que presuntamente probaban la existencia de una caja B en
el PP administrada por él. En un comunicado distribuido ese día, Bárcenas
afirmó que "jamás en los muchos años
de servicio que tuve el honor de desempeñar en el Partido Popular consentí,
auspicié ni ejecuté actuación alguna que pudiera suponer un incumplimiento de
la Ley ni de los estrictos principios éticos del Partido".
Bárcenas mantuvo esta versión ante el juez Pablo Ruz que
investiga el caso y al que mintió indicando la falsedad de los papeles y negando
que fueran suyos. Como le relató más tarde a Pedro J. Ramírez, incluso llegó a
falsificar su propia letra en la prueba caligráfica a la que fue sometido para
comprobar la autoría de los papeles manuscritos con la contabilidad B del PP. No
quería que reconocieran su letra.
Los papeles son falsos,
no hay sobresueldos provenientes de dinero de sobornos. No hay escándalo y los
millones en Suiza son fruto de su pericia en los negocios. Este era el mensaje
oficial de Luis Bárcenas y el que el PP repetía hasta la saciedad.
Bárcenas estaba en
línea con el PP, que, como se denunció poco después, aún le mantuvo
secretamente en nómina de unos 21.000 euros brutos al mes hasta enero de 2013 y
con un despacho en la sede central de la Calle Génova, a pesar de que ya no
tenía cargo orgánico alguno desde julio de 2009. Cuando se supo, la secretaria
general del PP y presidenta de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal,
tuvo que dar entonces explicaciones a la prensa sobre la famosa y bochornosa
“indemnización en diferido”.
El PP mantenía y cubría
las espaldas de Bárcenas, y éste correspondía con su silencio y disciplina. “Un
acto de lealtad” del ex tesorero del PP, como se lo explicó meses después a
Pedro J. Ramírez. Una lealtad que duró hasta que entró en prisión el pasado 27
de junio.
Bárcenas el “traidor”
El 10 de julio todo había
cambiado. El abogado Miguel Durán,
letrado de Pablo Crespo, ex secretario de organización del PP de Galicia e
imputado por el caso Gürtel, visitó al ex tesorero del PP en la cárcel y afirmó
que “Bárcenas se ha ratificado en todas las acusaciones y tiene suficiente
información para hacer caer al Gobierno actual. El motivo por el que no lo dijo
cuando declaró ante el juez es que ha estado muy presionado a la hora de
ratificar los papeles. En la cárcel, está entristecido, cabreado, pero no lo vi
deprimido. Se siente maltratado por su gente”.
¿Qué ha ocurrido? Los papeles que hace medio año Bárcenas calificó de falsos
y por los que se querelló contra El País, ahora los reconoce como suyos y
verdaderos. Eso sí, esta recuperación repentina de la memoria la hace a través
de El Mundo, la herramienta periodística que ha elegido para ejercer su
venganza. La entrevista concedida a Pedro J. Ramírez se antoja sólo el
principio. Bárcenas no se muerde la lengua y ya ha destapado públicamente algún
episodio comprometedor en el que el presidente del Gobierno estaría
involucrado.
El director de El Mundo describe en su artículo una reunión entre
Bárcenas y Javier Arenas en la que habría estado presente el propio Mariano
Rajoy: “Ante
el estupor de Arenas y Rajoy, Bárcenas describió entonces el cobro de una
comisión de 200.000 euros por encargo del PP de Castilla-La Mancha a cambio de
la adjudicación de una contrata municipal en Toledo a una empresa de
construcción y servicios cuyo polémico presidente aparece en la lista de
donantes del partido. Cuando Bárcenas les mostró documentos acreditativos de la
operación, Rajoy se echó literalmente las manos a la cabeza y –siempre según
los recuerdos del ex tesorero– exclamó: «¡Por Dios, Luis, cómo puedes tener
estos papeles!»”.
Se
estrecha el cerco a Rajoy
El objetivo de Bárcenas es el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, al
que señala como uno de los beneficiario del escándalo de los sobresueldos y
conocedor de las irregularidades y sobornos en el entorno del PP. Se siente traicionado
por él y le está presionando para conseguir un trato favorable que le evite una
condena. ¿Qué consecuencias políticas tendrá este escándalo?
El cerco que está
tejiendo Bárcenas en torno a Rajoy comienza a estrecharse mientras las
reacciones de los antiguos compañeros del ex tesorero no se han dejado esperar.
María Dolores de Cospedal, por ejemplo, ha anunciado que los abogados del
partido "ya tienen encomendado el
ejercicio de acciones judiciales" contra Bárcenas por calumnias. Los
miembros del Gobierno apoyan públicamente a su presidente mientras el propio
Rajoy guarda silencio.
No hay desbandada ni
sálvese quien pueda en las filas conservadoras excepto por parte de la
presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre. Como si ella nunca hubiera estado
salpicada por casos de corrupción y de financiación ilegal como los casos
Gürtel o Fundescam, exige a Rajoy que “si
ha habido irregularidades hay que reconocerlas”. Un disparo a la línea de
flotación del argumentario oficial que en el cuartel general del PP en Génova
han respondido con la misma fuerza: “A lo
mejor se refiere al PP de Madrid”. La guerra entre sectores enfrentados en
el partido ha comenzado. No hay tregua y Aguirre quiere aprovechar la debilidad
de su contrincante. Rajoy tiene un poderoso enemigo interno que debilita su
defensa. Pero no es lo único que se empieza a desmoronar en la estructura de su
defensa.
Mientras, en
la sede de Génova se insiste en desmentir la existencia de una caja B y el
origen ilegal del dinero de los sobresueldos a altos cargos del partido. El
argumento es que el Tribunal de Cuentas no habría detectado nada irregular. Sin
embargo, este tribunal solamente fiscaliza la documentación que se le entrega
voluntariamente. ¿Y desde cuándo se entrega voluntariamente las pruebas de una
caja B ilegal? Además, hay que tener en cuenta que los miembros del Tribunal de
Cuentas son nombrados por los partidos políticos en función de su mayoría en el
Congreso, por lo que el PP controla este organismo gracias a su mayoría
absoluta.
¿Es el
Tribunal de Cuentas el organismo más indicado para investigar este escándalo de
manera objetiva? Para el PP sí hasta que chocó con los repentinos avances de la
investigación judicial. Bárcenas reconoce que sí
existe una “caja B” y pocos días después un informe de una unidad de la Intervención General del
Estado adscrita a la Fiscalía Anticorrupción acredita que efectivamente existe
una contabilidad B en el PP. ¿Casualidad?
¿Qué
puede temer Rajoy?
Este es el escenario al que se enfrenta Rajoy: Un partido dividido y una
oposición interna mordaz, una investigación oficial que avanza imparable y
paralela a las instituciones controladas por el PP, y un ex tesorero con gran
cantidad de información muy comprometedora que se siente traicionado y amenaza con
morir matando.
Sin embargo, el PP mantiene una actitud desafiante. El portavoz adjunto
del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, afirmó en una entrevista en
RNE un día después de que El Mundo publicara la entrevista a Bárcenas que
"lo que tenga que decir,
lo diga en los tribunales" porque el PP "no tiene miedo de que tire de la manta". "Bárcenas está en prisión por mentir al juez, al fiscal y a Hacienda.
Durante mucho tiempo mintió al partido y a los dirigentes del partido amasando
una fortuna cuyo origen se desconoce, mientras ostentaba un cargo de enorme
responsabilidad. Espero que lo esclarezcan los tribunales. A mi Bárcenas me ha
engañado, defraudado, me ha llenado de vergüenza y a la mayoría de los
militantes del PP también". Todo un desafío al ex tesorero que
seguramente servirá para echar más leña al fuego.
¿Qué
puede contar Bárcenas? Pablo Crespo, ex secretario de
organización del PP de Galicia, afirmó en una entrevista al periódico La
Opinión de la Coruña que “Me
consta que hay dirigentes muy nerviosos porque se han puesto muy estupendos
hablando de la corrupción, pero que tire la primera piedra el que esté libre de
pecado”.
Crespo
debe saberlo bien. Se le imputa ser el “número dos” de la trama Gürtel, una red
de corrupción que presuntamente se aprovechaba del gobierno del PP en
determinadas comunidades autónomas (sobre todo en Madrid y en Valencia) para
enriquecerse a base de contratos públicos amañados. Parte de ese dinero habría
recaído en las arcas del PP para pagar actos públicos y campañas electorales.
Uno de los nombres que apareció en la investigación de este caso –que comenzó
el juez Garzón antes de ser expulsado de la magistratura- es el de Luis
Bárcenas.
¿Va el
caso Bárcenas mucho más allá del simple enriquecimiento personal del ex
tesorero? ¿Se aprovecharon los dirigentes del PP para llenarse los bolsillos? Pero
parece que este caso es mucho más que un simple ejercicio de latrocinio. ¿Pagó
el PP sus campañas electorales con dinero negro? ¿Ese dinero provenía de
sobornos como le ha revelado Bárcenas a El Mundo? Y si fuera así, ¿qué
empresarios sobornaron al PP y, sobre todo, qué consiguieron a cambio?
Luis
Bárcenas tiene la clave para destapar lo que podría ser todo un sistema de
financiación ilegal y de clientelismo del PP a costa de las instituciones
públicas. Un escándalo sin precedentes que afectaría al partido en el gobierno
y con el mayor poder institucional en la historia de la democracia reciente en
España. Rajoy tiene razones para sentirse preocupado. Pero a Bárcenas sólo le
mueve salvar su pellejo.
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