domingo, 5 de octubre de 2014

¿Lucharán soldados chinos en Oriente Medio?

La geopolítica de la energía está cambiando. Los EEUU ya no son el país que más petróleo consume del mundo ni depende de las reservas en Oriente Medio. Ahora son los países asiáticos los que necesitan que el crudo fluya sin problemas desde los pozos árabes hasta sus economías en crecimiento. ¿Supondrá este cambio que EEUU se apartará de los eternos conflictos en esa zona del planeta, y que será sustituida por las potencias asiáticas emergentes que necesitan asegurar el suministro? Dentro de unos años, ¿patrullarán soldados chinos en Oriente Medio?

Hace una década los EEUU se encontraban inmersos en plena ocupación de Irak. Miles de soldados norteamericanos patrullaban las principales ciudades y carreteras iraquíes y la insurgencia iba ganando cada día más fuerza. La hostilidad de la población local aumentaba mientras los militares eran incapaces de hacer frente a una espiral de violencia que costó la vida a 189.000 iraquíes y a casi 4.500 soldados estadounidenses hasta la retirada en 2010.

Además de las pérdidas humanas, en total la guerra costó aproximadamente 1,3 billones de euros, según las estimaciones del estudio 'Los costes de las guerras', elaborado por el Instituto de Estudios Internacional Watson de la Universidad de Brown. Se trata de una cantidad desorbitada que solamente podría justificarse con un interés geopolítico y estratégico muy fuerte por parte de EEUU en la zona. Y ese interés ha tenido una causa económica concreta, al margen de otras consideraciones culturales, políticas o diplomáticas, que no es otro que asegurar el suministro de petróleo desde la zona del Golfo Pérsico a la economía estadounidense.


La autosuficiencia energética de los EEUU

El presidente Roosevelt y el rey Saud en 1945.
La presencia de los EEUU en la zona se remonta a 1945, cuando el presidente Franklin D. Roosevelt tomó un “desvío” hacia Arabia Saudí desde la Conferencia de Yalta para reunirse con el rey Abdelaziz bin Saud. Desde entonces los EEUU y los saudíes han sido estrechos colaboradores y aliados, ayudándose mutuamente garantizando el flujo de crudo para la economía estadounidense por un lado, y apoyando la estabilidad del régimen monárquico y despótico por otro. Pero el precio para los EEUU había sido verse cada vez más involucrados en la zona más convulsa del planeta.

Pero la situación está cambiando. Los EEUU están dejando de ser una potencia energéticamente dependiente y se están acercando a marchas forzadas a la autosuficiencia, incluso con capacidad de exportación de petróleo y gas natural tras satisfacer su propia demanda. La clave está en la técnica del “fracking”, muy criticada por los ecologistas por sus nefastas consecuencias para el equilibrio medioambiental. Sin embargo, esta técnica ha hecho rentable la explotación de yacimientos antes cerrados, lo que permite a los EEUU dejar de depender de las reservas en otros lugares del mundo, y en concreto de Oriente Medio.

Mohan Malik
Por ejemplo, según Mohan Malik, profesor en el Centro Asia-Pacífico de Estudios sobre la Seguridad en Honolulú (EEUU), “ciertos cálculos indican que Estados Unidos podría sobrepasar a Arabia Saudí como mayor productor mundial de petróleo ya en 2017 y podría empezar a exportar más petróleo y gas del que importa para 2025” (Publicado en el artículo “El nuevo mapa mundial de la energía”, publicado en Vanguardia Dossier “La geopolítica de la energía”).     

Uno de los estudios que demuestran esta tendencia de los EEUU a la autosuficiencia energética a medio plazo es el “BP Energy Outlook”, que analiza y hace la proyección del mapa mundial de la energía para el año 2035. Según el informe dedicado a los EEUU, en 2035 habrá alcanzado ya esa autosuficiencia energética gracias a que poco a poco su economía dejará de depender del petróleo (pasará del actual 36% del total de su demanda energética al 29% en 2035) a cambio de aumentar la demanda de gas natural (del 30% actual al 35%), de la que los EEUU es el máximo productor mundial. También aumentará el uso de energías renovables del actual 2% al 8% en 2035. Por otro lado, mientras baja la demanda interna, la producción de petróleo en los EEUU aumentará en un 37% y la de gas natural en un 45%, lo que permitirá el uso interno de su propia producción e incluso crear un excedente suficiente para la exportación.

Es decir, según estos datos, los EEUU han dejado de ser un país mayoritariamente importador de energía para conseguir no solamente la autosuficiencia energética, sino también un excedente que le permite exportar. “En términos conceptuales, se dibuja un nuevo mapa mundial de la energía dominado por un creciente mercado consumidor de energía en Asia y un creciente mercado productor en Estados Unidos”, asegura al respecto Mohan Malik.


Asia necesita más energía

Al mismo tiempo, en Asia las economías en auge están aumentando espectacularmente su dependencia energética a medida que los EEUU se alejan de ella. Las economías de China, Corea del Sur, India y Japón presionan cada vez con más fuerza por conseguir más recursos energéticos para mantener el crecimiento. El profesor Malik recuerda que estos países “consumen en conjunto más de la mitad del petróleo total mundial”, y la tendencia es que aumentarán su demanda, sobre todo China e India, los dos gigantes asiáticos en auge.

Según el estudio de BP “Energy Outlook 2035”, en 20 años China será el mayor importador de energía del mundo, aumentando su demanda actual del 15% actual al 20%. En concreto, China superará a los EEUU como el mayor consumidor mundial de petróleo en 2027 y a Rusia como el segundo mayor consumidor mundial de gas natural en 2025, solamente superado por los estadounidenses. Por ello, la dependencia de China con respecto al petróleo aumentará del 57% en 2012 al 76% en 2035, mientras que su dependencia de gas natural se incrementará del 25% actual al 41% en 2035. Por su parte, India, a medida que su economía ha ido creciendo, también lo ha ido haciendo su dependencia energética. En concreto, el estudio de BP indica que en 2035 su consumo de energía habrá aumentado en un 132%. En consecuencia las importaciones de petróleo aumentarán en 2035 en un 169% y las de gas en un 573%.

El lugar donde las potencias asiáticas van a buscar la energía que necesitan para sus economías es el lugar donde se produce la mayoría de ésta: Oriente Medio. Por ejemplo, un análisis de la agencia U.S. Energy Information Administration (EIA) afirma que en 2013 China importó el 52% del petróleo de Oriente Medio, una cantidad que cada año va en aumento, teniendo en cuenta que esta zona sigue siendo la mayor productora de crudo del mundo y lo seguirá siendo en 2035 según el informe “World Energy Outlook 2013”, esta vez realizado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA).

Por lo tanto, a medida que los EEUU van consiguiendo la autosuficiencia energética para su economía, las potencias asiáticas van dependiendo cada vez más de la capacidad de exportación de los países del Golfo Pérsico. Y sobre todo, las economías de China e India dependerán cada vez más de los acontecimientos políticos en Oriente Medio para recibir sus flujos energéticos. Como escribe el profesor Malik, “somos testigos de una loca carrera, de una especie de búsqueda del tesoro para controlar los recursos energéticos por parte de China, India y Japón, sobre todo en aquellos países y regiones que quedan fuera del control de las principales empresas occidentales por razones políticas”.


¿Mandarán algún día China o India soldados a Oriente Medio?

Esas “razones políticas” de las que habla Malik son hoy, entre otras, la guerra civil en Libia, y la inestabilidad en Argelia y en el Sahel provocada por grupos salafistas. Pero sobre todo, la expansión del Estado Islámico en Siria e Irak. El conflicto civil sirio ha traspasado la frontera iraquí y ha llegado a la frontera turca, y se está convirtiendo en una guerra a mayor escala entre suníes y chiíes, apoyados respectivamente por Arabia Saudí e Irán con unas consecuencias y un final impredecibles.

La economía de los EEUU ya no necesita que su ejército intervenga militarmente en la zona como la que se produjo tras la invasión de Kuwait por Sadam Hussein en 1990 o en el propio Irak entre 2003 y 2010 (fechas que coinciden con la mayor tasa de importación de petróleo de la historia de los EEUU). Esto podría explicar la actual intervención limitada a ataques aéreos ordenada por el presidente Obama, que se niega a enviar soldados de tierra, prefiriendo armar a milicias locales.

La mayor importación de petróleo de EEUU coincide con la guerra de Irak.

Pero las grandes potencias asiáticas sí necesitan garantías de estabilidad en Oriente Medio para no poner en peligro su crecimiento. Por ejemplo, según datos de la agencia U.S. Energy Information Administration, en 2013 China importó en 2013 el 8% de su petróleo de Irak, el 8% de Irán, el 19% de Arabia Saudí, y otro 16% de otros estados del Golfo Pérsico. Es decir, en 2013 China importó la mitad del petróleo de una zona políticamente muy inestable e impredecible, no precisamente los mejores ingredientes para asegurar el crecimiento económico del futuro.  


En este sentido, el profesor Malik afirma que el fin de la dependencia energética de los EEUU con respecto a Oriente Medio “ha impulsado a algunos analistas y autoridades del Golfo Pérsico a especular sobre el futuro post-estadounidense y tratar de encontrar nuevos socios seguros para llenar el vacío, posiblemente los poderes militares asiáticos en auge, como China e India. Ambos han costeado incrementos de dos dígitos en gastos de defensa”. Según datos del prestigioso Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), India y China encabezan el “top 20” de los estados importadores de armas entre 2009 y 2013. Solamente India, por ejemplo, ha importado el 14% del total de las armas vendidas en todo el mundo durante ese periodo de tiempo.

¿Supondrá esto que en caso de retirada de los EEUU de Oriente Medio serán China e India las próximas potencias que intervengan en la zona para asegurar sus suministros energéticos e intervenir en los mercados?

Para el profesor Malik la retirada de los EEUU de Oriente Medio no debería darse por hecha a pesar de alcanzar la autosuficiencia energética. “El mero hecho de que sus amigos y aliados sigan dependiendo enormemente del petróleo de Oriente Medio exige que Washington siga comprometido en la región”, afirma. Sin embargo, deja una puerta abierta a la posibilidad de la retirada estadounidense del avispero: “En caso de que los Estados Unidos se retirara de la zona, China ampliaría sin duda sus vínculos con los productores de energía y concluiría pactos de petróleo por seguridad en la región”.

¿Es posible que más pronto que tarde llegue el día en el que soldados chinos o indios patrullen en Oriente Medio e incluso que se enfrenten con los yihadistas para asegurar el petróleo con destino a su país?  

Artículo disponible en Ssociologos.com

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