La
canciller alemana Angela Merkel ya tiene rival. Los socialdemócratas del SPD, o
mejor dicho su dirección, han elegido al que será su contrincante en las
elecciones federales de 2013. Se llama Peer Steinbrück, es de Hamburgo, tiene
65 años y fue ministro de finanzas en la gran colación entre 2005 y 2009. Todo
un peso pesado que revela que el SPD quiere ganar la cita electoral.
Tres años después de
que los socialdemócratas alemanes sufrieran la peor debacle electoral de la
posguerra en septiembre de 2009, el SPD ya tiene nuevo candidato para
enfrentarse a Angela Merkel, la todopoderosa canciller de Alemania. La enorme
influencia y poder económico, pero sobre todo político, que ha acumulado
Alemania en los últimos años hacen de este enfrentamiento electoral un
acontecimiento del máximo interés para todos los europeos, y en especial para
los españoles que sufren las consecuencias de la política de austeridad de la
derecha alemana.
Esta política de recortes
sociales y educativos que el Gobierno alemán está extendiendo por la zona Euro
ya la están padeciendo los propios alemanes desde hace tiempo. Esto ha hecho
mella en la popularidad de Merkel, que ha pasado de contar con una cómoda
mayoría que supera en 93 escaños a su directo rival del SPD, a tener a un 59%
de los ciudadanos insatisfechos con el trabajo de su Gobierno, según una encuesta de la televisión pública alemana ARD hecha pública el pasado 2 de
agosto.
El SPD sabe que puede
ganar en 2013 a pesar de que hace tan sólo tres años sufrió su mayor desastre electoral, pasando a solamente el 23% de los votos, once puntos menos que en
las elecciones de 2005. Fue una derrota sin paliativos para un partido que,
según criticaron los electores, había perdido su identidad tras dos
legislaturas de gobierno del socialdemócrata Schröder y una de gran coalición
con Merkel. Fueron años de políticas neoliberales y de recortes sociales que
fueron alejando al SPD cada vez más de sus bases y sus votantes, que se echaron
en manos de partidos más pequeños como los Verdes y la Linke.
Debacle sin guerra interna
La ventaja del SPD es
que ha sabido gestionar la derrota electoral con sabiduría. La hecatombe no se
tradujo en una guerra civil y en un desgaste interno a base de reproches y
ataques mutuos, sino que los barones del partido pactaron una nueva ejecutiva
de integración. El objetivo era salvar los muebles, las demás cuestiones, entre
ellas la de la candidatura, se dejaron para más tarde.
La 'troika' del SPD: Steinbrück, Gabriel y Steinmeier. |
En principio se preveía
una larga travesía por el desierto. Nadie pudo ver entonces que la gran
ganadora Angela Merkel sufriría un enorme desgaste por su gestión de la crisis.
Esto ha acelerado los mecanismos de decisión del SPD que, de pronto, se vieron
forzados a dar respuesta a quién iba a enfrentarse a la canciller y, por tanto,
iba a ser la voz del partido en la oposición.
Se preveía una lucha de
poder entre el secretario general del partido, Sigmar Gabriel, el portavoz del
grupo parlamentario y candidato en 2009, Frank Walter Steinmeier, y el ex
ministro Peer Steinbrück. Una lucha que, alentada por las grandes posibilidades
de éxito, podía desembocar en una guerra abierta que pusiera fin a la paz
interna en el SPD y destapar la caja de pandora apaciguada tras el desastre
electoral. Sin embargo no ha sido así, y hoy mismo por la mañana se ha dado a
conocer el nombre del candidato sin que, públicamente, haya trascendido ningún
enfrentamiento.
Una voz contra Merkel
Steinbrück, ministro de Merkel. |
Al final será
Steinbrück, diputado, ex ministro y ex presidente del Land de Renania Westfalia,
el más poblado de Alemania. Ahora el SPD tiene, al fin, una voz autorizada para
hacer frente a Merkel, y la canciller a un rival ya oficial que se enfrentará a
ella en un año. Sin duda esta circunstancia tendrá efectos en la política y la
actitud de Alemania hacia el resto de Europa, ya que Merkel tendrá que tener
siempre un ojo mirando hacia Steinbrück que, sin duda, se convertirá en el
referente y la esperanza de los socialistas europeos.
Durante la última etapa de gobierno del SPD, en la gran coalición con la CDU entre 2005 y 2009, Steinbrück fue ministro de finanzas con Merkel como canciller, un argumento que sin duda pondrá en duda la valía del candidato como una verdadera alternativa. Fue precisamente Steinbrück quien comenzó a inyectar dinero público a los bancos alemanes afectados por la quiebra de Lehman Brothers en 2008 e ideó la creación de un "banco malo", medida que, sin embargo, fue rechazada por Merkel. Este fue uno de los muchos encontronazos con los miembros conservadores del Ejecutivo que acabaron adelantando las elecciones a 2009.
Hoy está por ver qué
camino escogerá el candidato socialdemócrata: el de la política social y el
frente europeo, incluidos los países del sur, para salir de la crisis. O en
cambio un discurso electoralista enfocado hacia determinados electores alemanes
que comienzan a rechazar la idea de Europa en su conjunto y a ensalzar los
supuestos valores alemanes.
Esta última opción está
creciendo en Alemania, donde, según la misma encuesta de la ARD, dos tercios de
los alemanes consideran que con Merkel la defensa del Euro está en buenas manos.
En esta misma encuesta la CDU, el partido gobernante, mejora su intención de
voto hasta un 36% y el SPD baja al 28%. Ahora con Steinbrück la batalla no ha
hecho más que comenzar.
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