viernes, 28 de septiembre de 2012

EL RIVAL DE MERKEL

La canciller alemana Angela Merkel ya tiene rival. Los socialdemócratas del SPD, o mejor dicho su dirección, han elegido al que será su contrincante en las elecciones federales de 2013. Se llama Peer Steinbrück, es de Hamburgo, tiene 65 años y fue ministro de finanzas en la gran colación entre 2005 y 2009. Todo un peso pesado que revela que el SPD quiere ganar la cita electoral.


Tres años después de que los socialdemócratas alemanes sufrieran la peor debacle electoral de la posguerra en septiembre de 2009, el SPD ya tiene nuevo candidato para enfrentarse a Angela Merkel, la todopoderosa canciller de Alemania. La enorme influencia y poder económico, pero sobre todo político, que ha acumulado Alemania en los últimos años hacen de este enfrentamiento electoral un acontecimiento del máximo interés para todos los europeos, y en especial para los españoles que sufren las consecuencias de la política de austeridad de la derecha alemana.


Esta política de recortes sociales y educativos que el Gobierno alemán está extendiendo por la zona Euro ya la están padeciendo los propios alemanes desde hace tiempo. Esto ha hecho mella en la popularidad de Merkel, que ha pasado de contar con una cómoda mayoría que supera en 93 escaños a su directo rival del SPD, a tener a un 59% de los ciudadanos insatisfechos con el trabajo de su Gobierno, según una encuesta de la televisión pública alemana ARD hecha pública el pasado 2 de agosto.


El SPD sabe que puede ganar en 2013 a pesar de que hace tan sólo tres años sufrió su mayor desastre electoral, pasando a solamente el 23% de los votos, once puntos menos que en las elecciones de 2005. Fue una derrota sin paliativos para un partido que, según criticaron los electores, había perdido su identidad tras dos legislaturas de gobierno del socialdemócrata Schröder y una de gran coalición con Merkel. Fueron años de políticas neoliberales y de recortes sociales que fueron alejando al SPD cada vez más de sus bases y sus votantes, que se echaron en manos de partidos más pequeños como los Verdes y la Linke.

 
Debacle sin guerra interna

La ventaja del SPD es que ha sabido gestionar la derrota electoral con sabiduría. La hecatombe no se tradujo en una guerra civil y en un desgaste interno a base de reproches y ataques mutuos, sino que los barones del partido pactaron una nueva ejecutiva de integración. El objetivo era salvar los muebles, las demás cuestiones, entre ellas la de la candidatura, se dejaron para más tarde.

La 'troika' del SPD: Steinbrück, Gabriel y Steinmeier.
En principio se preveía una larga travesía por el desierto. Nadie pudo ver entonces que la gran ganadora Angela Merkel sufriría un enorme desgaste por su gestión de la crisis. Esto ha acelerado los mecanismos de decisión del SPD que, de pronto, se vieron forzados a dar respuesta a quién iba a enfrentarse a la canciller y, por tanto, iba a ser la voz del partido en la oposición.

 
Se preveía una lucha de poder entre el secretario general del partido, Sigmar Gabriel, el portavoz del grupo parlamentario y candidato en 2009, Frank Walter Steinmeier, y el ex ministro Peer Steinbrück. Una lucha que, alentada por las grandes posibilidades de éxito, podía desembocar en una guerra abierta que pusiera fin a la paz interna en el SPD y destapar la caja de pandora apaciguada tras el desastre electoral. Sin embargo no ha sido así, y hoy mismo por la mañana se ha dado a conocer el nombre del candidato sin que, públicamente, haya trascendido ningún enfrentamiento.


Una voz contra Merkel

Steinbrück, ministro de Merkel.
Al final será Steinbrück, diputado, ex ministro y ex presidente del Land de Renania Westfalia, el más poblado de Alemania. Ahora el SPD tiene, al fin, una voz autorizada para hacer frente a Merkel, y la canciller a un rival ya oficial que se enfrentará a ella en un año. Sin duda esta circunstancia tendrá efectos en la política y la actitud de Alemania hacia el resto de Europa, ya que Merkel tendrá que tener siempre un ojo mirando hacia Steinbrück que, sin duda, se convertirá en el referente y la esperanza de los socialistas europeos.

Durante la última etapa de gobierno del SPD, en la gran coalición con la CDU entre 2005 y 2009, Steinbrück fue ministro de finanzas con Merkel como canciller, un argumento que sin duda pondrá en duda la valía del candidato como una verdadera alternativa. Fue precisamente Steinbrück quien comenzó a inyectar dinero público a los bancos alemanes afectados por la quiebra de Lehman Brothers en 2008 e ideó la creación de un "banco malo", medida que, sin embargo, fue rechazada por Merkel. Este fue uno de los muchos encontronazos con los miembros conservadores del Ejecutivo que acabaron adelantando las elecciones a 2009.


Hoy está por ver qué camino escogerá el candidato socialdemócrata: el de la política social y el frente europeo, incluidos los países del sur, para salir de la crisis. O en cambio un discurso electoralista enfocado hacia determinados electores alemanes que comienzan a rechazar la idea de Europa en su conjunto y a ensalzar los supuestos valores alemanes.


Esta última opción está creciendo en Alemania, donde, según la misma encuesta de la ARD, dos tercios de los alemanes consideran que con Merkel la defensa del Euro está en buenas manos. En esta misma encuesta la CDU, el partido gobernante, mejora su intención de voto hasta un 36% y el SPD baja al 28%. Ahora con Steinbrück la batalla no ha hecho más que comenzar.

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