miércoles, 8 de febrero de 2012

¿QUÉ PAPEL JUEGA EUROPA EN LA CRISIS SIRIA?

El presidente sirio Bachar el Sadat.
Aunque la rebelión de parte del pueblo sirio contra el régimen de Bachar el Asad y la represión sangrienta se llevan desarrollando desde hace casi un año, no ha sido hasta estas últimas semanas que la crisis ha llegado a las agendas de los principales actores internacionales. EE UU, Rusia, China, Reino Unido y también Francia y Alemania han expresado sus opiniones e interviniendo de diferente manera. Pero de la Unión Europea como organización internacional no hay ni rastro. Por lo tanto, ya se puede afirmar de manera cuasi formal que el eje franco-alemán, que ‘Merkozy’, han asumido el liderazgo de la UE no sólo en lo que respecta a los asuntos internos, sino ahora también externos.

El pasado sábado 4 de febrero Rusia y China vetaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para detener la matanza en Siria. La reacción de Occidente fue de incredulidad y de repulsa hacia una actitud que muchos dicen no comprender, aunque existan claras causas económicas y geoestratégicas que empujaron a rusos y chinos a tomar esta decisión.

Intereses internacionales en Siria
Los presidentes de Rusia y Siria.
Rusia es una reconocida vendedora de armas a escala internacional, mientras que Siria es su cliente habitual desde la Guerra Fría. Según el SIPRI, en la última década (2000-2010), Rusia ha vendido a Siria misiles antitanque, antiaéreos y de defensa costera, así como casi una treintena de cazabombarderos. Además, Rusia mantiene una base naval en Siria, la única base naval rusa en el mediterráneo, heredada de la época de la alianza entre Siria y la URSS. Por último, la tradicional influencia diplomática de Moscú en Damasco le permite al Kremlin mantener un papel importante en el conflicto de Oriente Próximo y su estatus de potencia regional e incluso mundial. Rusia ha sido fuertemente criticada por su veto, e incluso se ha fantaseado con una nueva guerra fría. Sin embargo, y extrañamente, poco o nada se ha criticado a su compañera de veto.

China se justifica en que vetó la resolución “para evitar más derramamientos de sangre” –es decir, una posible intervención militar de la OTAN-  pero en realidad no puede aprobar una resolución que, según temen las autoridades de Pekín, podría algún día justificar acciones contra ellos. Los líderes chinos son conscientes de los peligros que entraña para cualquier dictadura el aumento del bienestar de su población, y sobre todo, la aparición de una clase media emergente y cada vez más fuerte. Esta clase media, tarde o temprano, exigirá ampliar a la política su reciente bienestar y poder participar en la toma de decisiones de su país. En este sentido, las revueltas populares en los países árabes –en estos casos debidas a la pobreza y a la frustración de la gente- son un precedente muy peligroso para el Partido Comunista Chino, que no olvida que la lucha en Siria nació precisamente de estas revueltas.
El veto chino en la ONU.

Al otro lado de la mesa del Consejo de Seguridad de la ONU están los EEUU, en pleno año de campaña electoral. El Gobierno estadounidense ha tomado algunas medidas como cerrar su embajada en Damasco y plantearse públicamente la entrega de armas a los insurgentes sirios. Esta sería una medida controvertida que respondería más a criterios de política interior –las elecciones- que a un cálculo detenido sobre las consecuencias de armar a un grupo de opositores al régimen de el Asad. ¿Quién recibiría las armas?, ¿cómo se las harían llegar y a través de qué países?, y sobre todo, ¿los receptores son de fiar?

No se debería olvidar la consecuencia a largo plazo que tuvo armar a los muhaidines afganos contra los soviéticos en los años 80 y su papel en  la creación de Al-Queda, o más recientemente, el armamento recibido por los rebeldes libios que luchaban contra Gadafi y que ahora abrazan el islamismo. Los EEUU quieren acabar con el régimen de Damasco para conseguir la reelección de Obama y, no hay que olvidar, eliminar a un gran enemigo de Israel, el único vecino del estado hebreo que continúa en estado de conflicto por los Altos del Golán.

La voz de ‘Merkozy’
'Merkozy'
¿Y qué papel juega Europa en esta crisis? El Reino Unido se ha posicionado claramente con los EEUU, lo que ha estado haciendo desde siempre en materia de relaciones exteriores. Francia y Alemania, por su parte, son más humildes en sus planes, pero también rechazan el veto ruso y chino y condenan la matanza siria. Su compromiso es, según anunciaron el pasado 6 de febrero, impulsar un grupo de contactoentre Europa y la Liga Árabe. Algo es algo. Pero, ¿y la Unión Europea como organización internacional?

Desde 1999 la UE cuenta con la figura del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Durante una década este cargo estuvo ocupado por el español Javier Solana, y desde el 1 de diciembre de 2009 su responsable es la británica Catherine Ashton. Ella asumió una figura con, en teoría, más poder que Solana, ya que con ella el Alto Representante asume el papel de ‘ministro de exteriores’ de la UE. Debe ser, en definitiva, la voz única de los europeos en los asuntos internacionales que nos afectan. Y Siria es uno de ellos.

Catherine Ashton.
Sin embargo, en los últimos días con lo único que Ashton ha contribuido a la crisis siria ha sido con un comunicado en el que rechazaba el veto de Rusia y China, expresaba su apoyo a la Liga Árabe y a sus esfuerzos por poner fin al conflicto en Siria y exigía a el Asad a poner fin a la masacre.

Está claro que el papel diplomático de la UE es inexistente. La voz autorizada en los asuntos exteriores de Europa no está en Bruselas, sino en París y en Berlín. Es la confirmación de algo que ya ocurrió durante el conflicto en Libia. Entonces Alemania, incomprensiblemente para muchos, se abstuvo en la decisión de intervenir militarmente contra Gadafi. La canciller Angela Merkel todavía se sentía reacia a asumir el liderazgo político y económico de Europa. Pero casi un año después ya no hay timidez que valga. El dúo ‘Merkozy’ actúa en todos los ámbitos. Ya sea exigiendo austeridad a los demás estados miembros de la UE, imponiendo la agenda económica de la Unión y ahora asumiendo la voz de los europeos en el exterior.

Hace tiempo que Van Rompuy, el presidente del Consejo Europeo, se quedó prácticamente sin tareas. Ahora, al menos, podrá compartir su tiempo libre con su colega Catherine Ashton.

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