lunes, 19 de diciembre de 2011

IZQUIERDA UNIDA: UN PASO ADELANTE, DOS HACIA ATRÁS

El pasado 20 de noviembre por la noche, con los resultados electorales todavía en pleno recuento, se produjo una escena cuanto menos curiosa. Mientras miles de personas se agolpaban en la calle Génova en el distinguido distrito madrileño de Chamberí para celebrar la mayor victoria de la derecha española en la democracia, a unos cuantos kilómetros de allí un grupo de dirigentes políticos de izquierda esbozaban grandes sonrisas en sus caras y celebraban a su vez el veredicto de las urnas. Era la dirección de Izquierda Unida, y celebraban haber sumado 700.000 nuevos votos y la creación de un grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados con 11 representantes, su mejor resultado en 15 años.

Cayo Lara, el coordinador general de IU, no pudo reprimirse y exclamó “¡lo que se agradece devez en cuando una alegría en la casa de los pobres!” y prometió la construcción de la “izquierda alternativa”. Se respiraba optimismo en la sede de IU, ya que, excepto Amaiur, protagonizaron el mayor despegue de votos y escaños de las elecciones. Su objetivo se había cumplido.

El camino hacia esos 11 diputados, sin embargo, no ha estado exento de polémica. Se hizo a costa de romper la alianza con el PSOE fraguada en época del liderazgo de Gaspar Llamazares y que hizo posible apartar al PP de muchos gobiernos locales y algunos autonómicos. La nueva dirección de IU, con Cayo Lara al frente, recuperó el viejo discurso antisocialista muy extendido en la cultura política de los comunistas, no solamente los españoles, y que tiene su raíz en los enfrentamientos entre ambos partidos por la hegemonía entre los trabajadores en los años 20.

La “izquierda de verdad” contra los “traidores”
Lara y los suyos, como Gregorio Gordo y Ángel Pérez en Madrid, cambiaron radicalmente el discurso de IU que pasó de ser contrario al PP y de apoyo al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, a enfrentarse directamente con el PSOE y sus “políticas de derechas”. Se tildaba a los socialistas de “traidores” y se presentaba a IU como el “único” referente de la izquierda “de verdad”. Igual que hace 80 años en la Alemania de la República de Weimar, poco antes de la llegada de Hitler al poder.

Ya en mayo de este año, tras las elecciones autonómicas y municipales, el resultado de este discurso no se dejó hacer esperar y numerosos pactos locales de gobierno de la izquierda en toda España se rompieron y, el caso más espectacular de todos, la izquierda perdió el gobierno extremeño por primera vez desde la transición democrática gracias a la posición de IU que se abstuvo en el pleno de investidura sirviendo el gobierno al PP en bandeja.

Aunque esta táctica de IU le ha supuesto tensiones y un gran desgaste interno –la dimisión de media dirección extremeña, la renuncia de figuras como Inés Sabanés y la creación de Equo, etc.- a la dirección confederal le parece haber merecido la pena, a tenor de su reacción eufórica la noche electoral. Sin embargo existen precedentes peligrosos, y no son muy lejanos en el tiempo.

 
La ‘pinza’ de 1996
Ya en 1996 la IU liderada por Julio Anguita llevó a cabo una estrategia política de enfrentamiento con el PSOE y de cierta amistad con el PP. Fue lo que se llegó a llamar la ‘pinza’ que ayudó de forma bastante clara a la derrota socialista y al final de los gobiernos de Felipe González. El fruto de esta estrategia parecía darle la razón a Anguita, con 2,6 millones de votos (el 10,5%) y 21 diputados, resultado solamente superado en 1979 por el PCE con 23 diputados.

Anguita lideró un discurso muy duro contra los socialistas y les acusó, igual que Lara ahora, de traicionar a la izquierda. En plena época de desgaste socialista tras 14 años de gobierno y cercado por los casos de corrupción y del GAL, IU se presentaba como la opción más coherente para los electores de izquierda cansados de apoyar al PSOE y verse después defraudados. Era la venganza de IU por el llamado voto útil de la izquierda, que sistemáticamente desviaba los votos hacia el PSOE para evitar un gobierno de derechas. En 1996 el PSOE estaba agotado y ya no había voto útil que lo salvara.

Pero esta estrategia, al igual que ahora, también provocó tensiones internas y expulsiones. El Partido Democrático Nueva Izquierda (PDNI), liderado por Cristina Almeida y Diego López Garrido y parte de IU, se opuso a este discurso y se mantuvo firme en su mensaje de que el principal adversario de la izquierda era el PP y no el PSOE. La consecuencia fue su expulsión de IU con los enfrentamientos personales consiguientes.

En 1996 IU consiguió 21 escaños. En 2011 son 11. ¿Y qué pasó en los 15 años entre ambas fechas? Con el PSOE en la oposición, los socialistas volvieron a monopolizar el discurso de la izquierda, quedándose IU cada vez más al margen. La consecuencia fue una pérdida constante de votos y escaños a favor de los socialistas. El voto útil.

 
Víctima del voto útil
En las elecciones generales de 2000 IU solamente consiguió ocho diputados y la mitad de los votos que en 1996. Había que cambiar de estrategia y el nuevo coordinador general, Gaspar Llamazares, apostó por la cooperación con el PSOE para desalojar a la derecha del poder. En 2004, mientras el PSOE volvía a gobernar, IU solamente consiguió cinco escaños, y en 2008, con otra victoria socialista, solamente Gaspar Llamazares ocupó un sillón en el Congreso de los Diputados por IU. Otra vez el voto útil.

Ahora Izquierda Unida se ha rebelado contra este goteo que la estaba desangrando y se encuentra en el mismo lugar que hace 15 años utilizando las mismas tácticas y discursos. Sin embargo el PSOE vuelve a estar en la oposición y lo lógico es que con el tiempo vuelva a recuperar la hegemonía del discurso de la izquierda a costa de IU, ya que la prioridad de los electores de izquierda será expulsar al PP de la Moncloa. La rueda vuelve a girar otra vez. Pero esta vez, a diferencia de 1996, IU solamente tiene 11 diputados, solamente tres más que en su debacle de 2000.

Un paso hacia delante y dos hacia atrás. Recientemente Llamazares ha sido 'castigado' en el Grupo Parlamentario de IU. Siguen las purgas.

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