El pasado 24 de septiembre se produjo un cambio sustancial en el
sistema político alemán. No sólo se fraccionó un poco más el sistema de
partidos, dando entrada a la sexta formación política en el parlamento federal
(Bundestag), sino que esta está formada por una amalgama de personas que tienen
en común un discurso populista, nacionalista y xenófobo. Es la primera vez que
la ultraderecha desembarca con fuerza en el parlamento alemán desde 1945, pero
este dato viene acompañado de otro también histórico: el hundimiento electoral
del histórico SPD, uno de los pilares fundamentales de la República Federal
Alemana tras la Segunda Guerra Mundial.
Alemania es un país con muchas diferencias internas que tienen su
expresión en la política y que se pueden visualizar en su geografía. ¿Dónde se
ha votado a qué partido? ¿Por qué? Los mapas electorales pueden ayudar a
comprender lo que está pasando en Alemania.
La situación
económica: La geografía de la situación económica alemana es
muy desequilibrada. En el mapa de la capacidad adquisitiva en 2017, se percibe como el territorio de la antigua RDA destaca
prácticamente en su conjunto como una zona bastante más pobre (amarillo) que el
territorio de la antigua zona occidental, que acapara las zonas de mayor
riqueza (rojo, morado y azul). En el oeste se concentran la mayoría de grandes
ciudades con una mayor población y capacidad de desarrollo (Hamburgo, Múnich,
Colonia, Frankfurt) así como la presencia de industria (por ejemplo, de
automoción, química, tecnológica, etc), que en el este, con menos población y
es, en su mayoría de carácter más rural.
Este desequilibrio territorial se plasma también en la distribución
del paro: el este sufre una mayor concentración de
desempleados que la zona occidental del país. En resumen, existe una importante
brecha económica entre el este y el oeste de Alemania. ¿Ha tenido consecuencias
en el voto?
El cuadro
general: La CDU de Merkel ha ganado las elecciones y es el
partido más votado con diferencia: el 32,9% a bastante distancia del segundo,
el SPD, con el 20,5%, y el tercero, la ultraderecha AfD, con el 12,6%. Merkel
ha vencido en la mayoría de los distritos electorales (color negro). El SPD
(rojo) solamente se mantiene en el centro y en la zona industrial del Ruhr, su
último bastión, junto al centro de Hamburgo. La AfD ha logrado ser la fuerza
más votada en la mitad de los distritos del Land de Sajonia, una zona que
podría calificarse de “este profundo”.
El voto a la
ultraderecha: La AfD ha conseguido 94 diputados y el 12,6% de
los votos a nivel federal, más de 5 millones. La distribución de esos votos (en
azul oscuro las circunscripciones con un 15,5% o más de votos) se concentra en
determinadas zonas del país que coinciden prácticamente con los territorios de
menor capacidad adquisitiva y de mayor desempleo (ver arriba). La AfD se ha
convertido en un partido muy votado en el este del país, sobre todo en el Land
de Sajonia, donde han superado el 20% en todas las circunscripciones, ganando
en cinco. En el oeste tienen alguna presencia importante en el este de Baviera
(precisamente la zona menos pudiente). Coincide que todas las zonas con mayor
voto de AfD son predominantemente rurales.
El voto a
Merkel: De la misma manera que el voto a la AfD coincide
en el territorio con las zonas más deprimidas económicamente, el voto a los
conservadores es mayor donde el poder adquisitivo es más alto: en Baviera
(Múnich y sur), en Baden Württemberg (Stuttgart), en el Palatinado, y también
en las zonas rurales y muy conservadoras del norte. Antes del comienzo del
fraccionamiento del sistema de partidos en los años 80, el voto confesional era
muy importante en Alemania. Las zonas predominantemente católicas (el sur y
Renania) votaban a la CDU, mientras que las protestantes del norte y del centro
a la SPD (además de las zonas obreras de las grandes ciudades). Tras la
reunificación en 1990, la incorporación del este, totalmente protestante, preveía
un arsenal de votos a la SPD, lo que fue así hasta hace unos años.
El declive
socialdemócrata: Con un 20,5% de los votos a nivel federal, el SPD
se enfrenta a su peor resultado electoral. Este descalabro es consecuencia de
su práctica desaparición de amplias zonas de Alemania, sobre todo en el este y
el sur. Las circunscripciones con más de un 26% de votos socialdemócratas (rojo
oscuro), se limitan a la franja central de la Baja Sajonia y el norte de Hesse,
y sobre todo, a la zona industrial del Ruhr y Hamburgo, los últimos bastiones
de un SPD que hasta hace no mucho ganaba las elecciones en Alemania del este. El
voto socialdemócrata es pues, sobre todo, occidental y urbano, ya que el Ruhr y
Hamburgo suponen una concentración notable de población. También conserva un
último resquicio del voto confesional, con las zonas rurales protestantes de la
Baja Sajonia y Hesse.
La
gobernabilidad de Alemania, un asunto ‘occidental’:
La revista Der Spiegel ha elaborado este mapa en el que se muestra el
territorio donde los partidos que formarían la llamada coalición ‘Jamaica’ son
los más votados. Se trata de la CDU de Merkel (representada con el color
negro), la FDP liberal (amarilla) y los Grüne (verdes). Estos tres partidos
cuentan con un sólido apoyo en el oeste del país, pero no existen prácticamente
en el este, especialmente los casos de FDP y los verdes. Si finalmente se
llegase a esta coalición (que es la única alternativa a una gran coalición que
el SPD ya ha anunciado que no reeditará), la mayoría del voto del este de
Alemania no estaría representado en el nuevo gobierno.
Al desequilibrio económico de Alemania entre este y oeste se sumaría
probablemente una sensación de falta de representación política que, sin duda,
tendría consecuencias en el voto a la AfD.
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