domingo, 11 de enero de 2015

Periodismo e internet: más deprisa, más precario y ¿menos riguroso?




En 2015 Internet ya es un medio de comunicación indispensable. Es el tercero con mayor volumen de inversión publicitaria en España y está imponiendo su estilo al resto. Ahora manda la inmediatez, ser más rápidos que la competencia a la hora de publicar las noticias. A eso se reduce cada vez más el trabajo de los periodistas que carecen la mayoría de las veces del tiempo para poder contrastar las fuentes y a los que cada vez se paga peor y se presiona más. La consecuencia es una baja valoración de la información por parte de los ciudadanos y una pérdida de la calidad de la información.

Captar la atención en la sociedad de la información es muy complicado. Cada día se lanzan millones de mensajes y la competencia entre los medios de comunicación es atroz. El escritor francés Christian Salmon plantea que “lo escaso en una sociedad de la información (…) no es la información, que precisamente es sobreabundante; lo escaso, debido a esa sobreabundancia, es la atención de los agentes a quienes está destinada esa masa de información”.

Los ciudadanos son convertidos en consumidores que eligen entre millones de mensajes a los que prestan atención de la misma manera que escogen cualquier otro producto de consumo. En la lucha que mantienen los medios para que su mensaje sea elegido de entre una amplia oferta la rapidez es fundamental, ser los primeros en lanzar la noticia se convierte en una lucha a vida o muerte. Lejos queda la época de la crónica y del reportaje periodístico que exigía al periodista que se tomara su tiempo para elaborar su información bien contrastada. Esta transformación en las prioridades periodísticas viene impuesto por un cambio revolucionario en los medios de comunicación: Internet.


Internet, el tercer medio en publicidad en España

Internet ya se ha instalado definitivamente entre los medios de comunicación en España y va escalando posiciones. Según publica Luis Palacio, director del Informe Anual de la Profesión Periodística de la Asociación de la Prensa de Madrid y de Digimedios.es, internet ya es el tercer medio por volumen de inversión, superado por la televisión y la prensa.  La digitalización está transformando radicalmente el negocio de los medios de comunicación. Paulatinamente, los medios estrictamente digitales van captando una parte cada vez mayor de la cifra de negocio”, escribe Palacio en su artículo “Grupos de comunicación en España: una propiedad tan concentrada como el negocio” publicado en Cuadernos de Periodistas.

Según el artículo de Palacio, “en España, y teniendo en cuenta solo la publicidad denominada gráfica o display (que incluye el vídeo online), la inversión alcanzó en 2013 los 380,5 millones de euros (…) No se trata de la única aproximación, ya que la asociación IAB Spain realiza también una estimación de la publicidad contextual o de enlaces, que eleva la inversión total hasta 832 millones en 2013”.

No es de extrañar que Internet sea un medio atractivo para la publicidad, ya que cada vez pasamos más tiempo navegando. Según la 3ª Ola del Estudio General de Medios (EGM) de 2014, el 63% de la población española accede Internet y afirma que ha permanecido un promedio de 158 minutos diarios ‘enganchados’ a la red.

Pero Internet solamente es el medio. Los soportes para acceder a la red también están evolucionando y ahora resulta cada vez más fácil hacerlo desde cualquier lugar. Ya no es necesario ir a casa o a un cibercafé para conectarse. Cada vez más personas cuentan con un teléfono móvil que les permite acceder a Internet desde cualquier sitio. Así por ejemplo, según los datos del EGM, entre septiembre y noviembre de 2014 el 86% de los internautas accedió a la red a través de un Smartphone, un 33% más respecto a 2013.  

Es decir, si internet crea la posibilidad de la información a tiempo real, el uso masivo de los dispositivos móviles con acceso a la red convierte esa posibilidad en una realidad. Y la consecuencia para los medios de comunicación es que deben informar aún más deprisa si quieren ser los primeros en ser elegidos por los consumidores.


Las redes sociales y el periodismo

Si internet es el medio que está revolucionando la información, las redes sociales son el vehículo en el que viaja esta información a través de la red con un enorme impacto entre los usuarios. Según el estudio “Social, Digital & Mobile in Europe 2014”, el 93% de los internautas en España está en las redes sociales y la mayoría las utiliza para informarse de la actualidad. Por ejemplo, según el Digital NewsReport 2014 del Reuters Institute for the Study of Journalism, el 50% de los usuarios españoles de las redes sociales utilizan Facebook para consumir noticias, el 21% usa Twitter y Youtube, y el 10% Google +. En España también es masivo el uso de la aplicación Whats App, de ,los cuales el 26% lo utiliza para acceder a las noticias.  

 
Uso de WhatsApp para acceder a las noticias. (Fuente: Reuters Institute for the Study of Journalism)

Pero las redes sociales no son solamente la manera más rápida y eficaz para que el consumidor acceda a la noticia, sino que también se han convertido en fuentes para los periodistas. Por ejemplo, según un estudio entre periodistas europeos publicado por el portal estadístico alemán statista.de, en “una semana habitual” el 76% reconoce utilizar como fuente Wikipedia, el 68% usa Facebook, el 54% blogs personales, el 50% Youtube, el 45% Twitter y el 36% Linkedin. 

Uso habitual de las redes sociales por periodistas europeos en una "semana típica". (Fuente: Satista.de)

El veterano periodista español Ángel Casas, en una entrevista en el periódico Deia publicada el 29 de diciembre, afirmó: “Siempre estamos en tránsito. El periodismo siempre se está reinventado. Ahora, con las redes sociales estamos dirigiéndonos hacía otra fórmula periodística diferente a la que hemos conocido hasta ahora. La información llega desde muchos sitios y el peligro es que no está muy contrastada porque llega de una manera muy frágil. Eso obliga a estar constantemente con los ojos muy abiertos”.

Por otro lado, la subdirectora del diario ABC, Montserrat Lluis Serret, afirmó en una entrevista al diario digital El Pueblo de Ceuta el pasado 12 de noviembre que “las redes no son periodismo, carecen de la credibilidad y del rigor que se presuponen a la información periodística”. Es decir, según las advertencias de estos dos veteranos periodistas resulta fundamental contrastar la información surgida en las redes sociales antes de tratarla como una fuente fiable. Y contrastar requiere tiempo, y tiempo es lo que los periodistas no tienen.


Noticias sin contrastar

Según un estudio realizado por ING y publicado el pasado mes de junio de 2014, solamente el 20% de los periodistas online comprueba sus fuentes antes de publicar la noticia. En cambio, un 45% reconoce que en la mayoría de los casos publica primero y contrasta después, un 14% reconoce hacerlo en la mitad de los casos y un 21% publica sin contrastar en pocas ocasiones. Es decir, un 59% de los periodistas reconoce no contrastar de manera habitual las fuentes de las noticias antes de publicar.  

"Publico lo antes posible y corrijo después" (Fuente: ING)


Además, este estudio afirma que “los periodistas actúan de manera diferenciada en las redes sociales en comparación con la manera en la que informan a través de los medios tradicionales. El 67% de los periodistas dice que se expresa de manera diferente en las redes sociales, compartiendo su opinión personal de manera más abierta en las redes sociales a pesar del hecho de que los periodistas son percibidos como profesionales objetivos y como reporteros de hechos noticiosos de acontecimientos de importancia general (Journalists act differently on social media compared to the way they report through traditional news channels. 67% of journalists said they express themselves differently on social media, sharing their personal opinion more openly on social media, despite the fact that journalists are seen as being objective and reporters of news facts relating to events of general importance)”.

Es decir, cada vez más periodistas utilizan las redes sociales tanto para informarse como para compartir información, y en ambos casos es mayoritario el número de profesionales que no contrastan las fuentes de sus noticias antes de publicar y que mezclan su opinión personal con las informaciones a pesar de que el público que las consume no es capaz de diferenciar esa opinión de los hechos objetivos.

Pero a las prisas por publicar y a la falta de rigor en muchas informaciones hay que añadir un contexto de creciente precariedad laboral y de presión profesional entre los periodistas.
 

Aumenta la precariedad y la presión a los periodistas

El auge de Internet entre los medios de comunicación coincide con el proceso de precarización de la profesión periodística en España. Según el Informe Anual de la Profesión Periodística del año 2014 realizado para la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y publicado el pasado mes de diciembre, el principal problema en la profesión periodística, según los propios periodistas españoles, es el aumento del paro y de la precariedad.


Hasta noviembre de 2014 hubo 9.451 periodistas en paro buscando empleo y según el comunicado que resume el informe publicado por la APM, “en lo que se refiere a las condiciones salariales y laborales (traslados de sedes, horarios, ventajas sociales…), en términos generales, han empeorado. Por ejemplo, el porcentaje de encuestados de los que trabajan en periodismo contratados que han experimentado reducciones de salarios en sus medios pasó del 76,3% en 2013 al 85,1% en 2014; y entre los que trabajan en comunicación corporativa contratados, el porcentaje de los que experimentaron reducciones salariales pasó del 61,2% al 73,3%. Por el contrario, el porcentaje de encuestados que vivió reducciones temporales o completas de empleo en sus empresas ha sido algo menor en este año respecto a 2013”.

A la creciente precariedad laboral se suma un aumento de la presión sobre los periodistas a la hora de realizar su trabajo. Utilizando los datos del Informe Anual de la Profesión Periodística, la periodista Lucía Vera Hervás escribió el pasado 18 de diciembre en el diario Cinco Días: “Los periodistas continúan recibiendo presiones para que modifiquen sus informaciones publicadas. (…) En 2014 ha aumentado un 15,7% con respecto al año pasado los periodistas que han sufrido algún tipo de presión para que transformen sus artículos, y sólo un 20% de los informadores declara no recibir presión alguna. En el 80% de los casos, esas presiones vienen de la misma empresa en la que trabajan, o, incluso, de los propios jefes. Las presiones de las instancias políticas a los periodistas ocupan el 27,8% las empresas anunciantes casi el 20%”.

Es decir, según ellos mismos, los periodistas en España sufren en general malas condiciones de trabajo, tanto salariales como a la hora de poder ejercerlo en libertad. Según el Informe Anual de la APM, en un baremo entre 1 y 10, los periodistas califican con un 4,3 el grado de independencia profesional con el que trabajan. Esto tiene sus consecuencias en la calidad de la información que producen y en la percepción entre los ciudadanos, que puntúan con un 5,3 su confianza en la información que reciben de los medios.

 
Según el director del Informe Anual de la Profesión Periodística, Luis Palacio, este aprobado bajo por parte de la población española se debe a “los intereses políticos, la falta de independencia de periodistas y medios, y los intereses económicos de las empresas propietarias de los medios de comunicación”. Sin embargo, según las conclusiones del propio informe, “los periodistas apuntan a que las causas por las que los usuarios confían poco en la información de los medios son: el sensacionalismo, el convertir el periodismo en espectáculo y los intereses políticos de los grupos de comunicación”.


Conclusión: Más rápido, más presión, y menos calidad

Internet ha revolucionado los medios de comunicación permitiendo un acceso inmediato a la información desde cualquier lugar con conexión, que desde la proliferación de los smartphones puede ser cualquier lugar de la calle. Esta posibilidad de poder informar a tiempo real se ha convertido en una obligación para los medios que sufren una muy fuerte competencia para conseguir llegar a un público saturado de mensajes a tiempo real.

La consecuencia es que los periodistas ya no tienen tiempo para hacer su trabajo con rigor y contrastar las fuentes como deberían y optan en la mayoría de los casos “publicar primero y comprobar después”. A ello se suma una creciente presión por parte de sus jefes o patrocinadores en un contexto de paro masivo y precariedad laboral, lo que hace a los periodistas muy vulnerables a esas presiones.

Las redes sociales, cuya presencia abarca a prácticamente todos los usuarios de internet, se han convertido en el vehículo por el cual hacer llegar esa información la mayoría de las veces no contrastada a los ciudadanos, que a su vez la comparten y son incapaces de distinguir los rumores o falsas informaciones, incluso las opiniones, de la información veraz. Esto produce un aumento cuantitativo de la información a expensas de su calidad, lo que a su vez es percibido por los ciudadanos que valoran cada vez peor la información que consumen.


Artículo disponible en Ssociólogos.com.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.