En 2015 Internet
ya es un medio de comunicación indispensable. Es el tercero con mayor volumen
de inversión publicitaria en España y está imponiendo su estilo al resto. Ahora
manda la inmediatez, ser más rápidos que la competencia a la hora de publicar
las noticias. A eso se reduce cada vez más el trabajo de los periodistas que
carecen la mayoría de las veces del tiempo para poder contrastar las fuentes y
a los que cada vez se paga peor y se presiona más. La consecuencia es una baja
valoración de la información por parte de los ciudadanos y una pérdida de la
calidad de la información.
Captar la atención en
la sociedad de la información es muy complicado. Cada día se lanzan millones de
mensajes y la competencia entre los medios de comunicación es atroz. El
escritor francés Christian Salmon plantea que “lo escaso en una sociedad de la información (…) no es la información,
que precisamente es sobreabundante; lo escaso, debido a esa sobreabundancia, es
la atención de los agentes a quienes está destinada esa masa de información”.
Los ciudadanos son
convertidos en consumidores que eligen entre millones de mensajes a los que
prestan atención de la misma manera que escogen cualquier otro producto de consumo.
En la lucha que mantienen los medios para que su mensaje sea elegido de entre
una amplia oferta la rapidez es fundamental, ser los primeros en lanzar la
noticia se convierte en una lucha a vida o muerte. Lejos queda la época de la
crónica y del reportaje periodístico que exigía al periodista que se tomara su
tiempo para elaborar su información bien contrastada. Esta transformación en
las prioridades periodísticas viene impuesto por un cambio revolucionario en
los medios de comunicación: Internet.
Internet, el
tercer medio en publicidad en España
Internet ya se ha instalado definitivamente
entre los medios de comunicación en España y va escalando posiciones. Según
publica Luis Palacio, director del Informe Anual de la
Profesión Periodística de la Asociación de la Prensa de Madrid y de
Digimedios.es, internet ya es el tercer medio por volumen de inversión,
superado por la televisión y la prensa.
“La digitalización está transformando
radicalmente el negocio de los medios de comunicación. Paulatinamente, los
medios estrictamente digitales van captando una parte cada vez mayor de la
cifra de negocio”,
escribe Palacio en su artículo “Grupos de comunicación en España: una propiedad tan concentrada como el negocio” publicado en Cuadernos de Periodistas.
Según el artículo de
Palacio, “en España, y teniendo en cuenta
solo la publicidad denominada gráfica o display
(que incluye el vídeo online),
la inversión alcanzó en 2013 los 380,5 millones de euros (…) No se trata de la
única aproximación, ya que la asociación IAB Spain realiza también una
estimación de la publicidad contextual o de enlaces, que eleva la inversión
total hasta 832 millones en 2013”.
No es de extrañar que
Internet sea un medio atractivo para la publicidad, ya que cada vez pasamos más
tiempo navegando. Según la 3ª Ola del Estudio General de Medios (EGM) de 2014, el
63% de la población española accede Internet y afirma que ha permanecido un
promedio de 158 minutos diarios ‘enganchados’ a la red.
Pero Internet solamente
es el medio. Los soportes para acceder a la red también están evolucionando y
ahora resulta cada vez más fácil hacerlo desde cualquier lugar. Ya no es
necesario ir a casa o a un cibercafé para conectarse. Cada vez más personas cuentan
con un teléfono móvil que les permite acceder a Internet desde cualquier sitio.
Así por ejemplo, según los datos del EGM, entre septiembre y noviembre de 2014 el 86% de los internautas accedió a la red a través de un Smartphone, un 33% más
respecto a 2013.
Es decir, si internet
crea la posibilidad de la información a tiempo real, el uso masivo de los
dispositivos móviles con acceso a la red convierte esa posibilidad en una
realidad. Y la consecuencia para los medios de comunicación es que deben
informar aún más deprisa si quieren ser los primeros en ser elegidos por los
consumidores.
Las
redes sociales y el periodismo
Si internet es el medio
que está revolucionando la información, las redes sociales son el vehículo en
el que viaja esta información a través de la red con un enorme impacto entre
los usuarios. Según el estudio “Social, Digital & Mobile in Europe 2014”, el
93% de los internautas en España está en las redes sociales y la mayoría las
utiliza para informarse de la actualidad. Por ejemplo, según el Digital NewsReport 2014 del Reuters Institute for the Study of Journalism, el 50% de los
usuarios españoles de las redes sociales utilizan Facebook para consumir
noticias, el 21% usa Twitter y Youtube, y el 10% Google +. En España también es masivo
el uso de la aplicación Whats App, de ,los cuales el 26% lo utiliza para
acceder a las noticias.
Uso de WhatsApp para acceder a las noticias. (Fuente: Reuters Institute for the Study of Journalism) |
Pero las redes sociales
no son solamente la manera más rápida y eficaz para que el consumidor acceda a
la noticia, sino que también se han convertido en fuentes para los periodistas.
Por ejemplo, según un estudio entre periodistas europeos publicado por el
portal estadístico alemán statista.de, en “una semana habitual” el 76% reconoce
utilizar como fuente Wikipedia, el 68% usa Facebook, el 54% blogs personales,
el 50% Youtube, el 45% Twitter y el 36% Linkedin.
Uso habitual de las redes sociales por periodistas europeos en una "semana típica". (Fuente: Satista.de) |
El veterano periodista español Ángel Casas, en una entrevista en el
periódico Deia publicada el 29 de diciembre, afirmó: “Siempre estamos en tránsito. El periodismo siempre se está reinventado.
Ahora, con las redes sociales estamos dirigiéndonos hacía otra fórmula
periodística diferente a la que hemos conocido hasta ahora. La información
llega desde muchos sitios y el peligro es que no está muy contrastada porque
llega de una manera muy frágil. Eso obliga a estar constantemente con los ojos
muy abiertos”.
Por otro lado, la
subdirectora del diario ABC, Montserrat Lluis Serret, afirmó en una entrevista al
diario digital El Pueblo de Ceuta el pasado 12 de noviembre que “las redes no son periodismo, carecen de la
credibilidad y del rigor que se presuponen a la información periodística”.
Es decir, según las advertencias de estos dos veteranos periodistas resulta
fundamental contrastar la información surgida en las redes sociales antes de
tratarla como una fuente fiable. Y contrastar requiere tiempo, y tiempo es lo
que los periodistas no tienen.
Noticias
sin contrastar
Según un estudio realizado por ING y publicado el pasado mes de junio de 2014, solamente el 20%
de los periodistas online comprueba sus fuentes antes de publicar la noticia. En
cambio, un 45% reconoce que en la mayoría de los casos publica primero y
contrasta después, un 14% reconoce hacerlo en la mitad de los casos y un 21% publica
sin contrastar en pocas ocasiones. Es decir, un 59% de los periodistas reconoce
no contrastar de manera habitual las fuentes de las noticias antes de publicar.
"Publico lo antes posible y corrijo después" (Fuente: ING) |
Además, este estudio
afirma que “los periodistas actúan de
manera diferenciada en las redes sociales en comparación con la manera en la
que informan a través de los medios tradicionales. El 67% de los periodistas
dice que se expresa de manera diferente en las redes sociales, compartiendo su
opinión personal de manera más abierta en las redes sociales a pesar del hecho
de que los periodistas son percibidos como profesionales objetivos y como
reporteros de hechos noticiosos de acontecimientos de importancia general (Journalists
act differently on social media compared to the way they report through
traditional news channels. 67% of journalists said they express themselves
differently on social media, sharing their personal opinion more openly on
social media, despite the fact that journalists are seen as being objective and
reporters of news facts relating to events of general importance)”.
Es decir, cada vez más
periodistas utilizan las redes sociales tanto para informarse como para
compartir información, y en ambos casos es mayoritario el número de
profesionales que no contrastan las fuentes de sus noticias antes de publicar y
que mezclan su opinión personal con las informaciones a pesar de que el público
que las consume no es capaz de diferenciar esa opinión de los hechos objetivos.
Pero a las prisas por
publicar y a la falta de rigor en muchas informaciones hay que añadir un
contexto de creciente precariedad laboral y de presión profesional entre los
periodistas.
Aumenta
la precariedad y la presión a los periodistas
El auge de Internet
entre los medios de comunicación coincide con el proceso de precarización de la
profesión periodística en España. Según el Informe Anual de la Profesión Periodística del año 2014 realizado para la Asociación de
la Prensa de Madrid (APM) y publicado el pasado mes de diciembre, el principal
problema en la profesión periodística, según los propios periodistas españoles,
es el aumento del paro y de la precariedad.
Hasta noviembre de 2014
hubo 9.451 periodistas en paro buscando empleo y según el comunicado que resume
el informe publicado por la APM, “en lo
que se refiere a las condiciones salariales y laborales (traslados de sedes,
horarios, ventajas sociales…), en términos generales, han empeorado. Por
ejemplo, el porcentaje de encuestados de los que trabajan en periodismo
contratados que han experimentado reducciones de salarios en sus medios pasó
del 76,3% en 2013 al 85,1% en 2014; y entre los que trabajan en comunicación
corporativa contratados, el porcentaje de los que experimentaron reducciones
salariales pasó del 61,2% al 73,3%. Por el contrario, el porcentaje de
encuestados que vivió reducciones temporales o completas de empleo en sus
empresas ha sido algo menor en este año respecto a 2013”.
A la creciente
precariedad laboral se suma un aumento de la presión sobre los periodistas a la
hora de realizar su trabajo. Utilizando los datos del Informe
Anual de la Profesión Periodística, la periodista Lucía Vera Hervás
escribió el pasado 18 de diciembre en el diario Cinco Días: “Los periodistas
continúan recibiendo presiones para
que modifiquen sus informaciones publicadas. (…) En 2014 ha aumentado un 15,7%
con respecto al año pasado los periodistas que han sufrido algún tipo de
presión para que transformen sus artículos, y sólo un 20% de los informadores
declara no recibir presión alguna. En el 80% de los casos, esas presiones
vienen de la misma empresa en la que
trabajan, o, incluso, de los propios jefes. Las
presiones de las instancias políticas a los
periodistas ocupan el 27,8% las empresas anunciantes casi el 20%”.
Es decir, según ellos
mismos, los periodistas en España sufren en general malas condiciones de
trabajo, tanto salariales como a la hora de poder ejercerlo en libertad. Según
el Informe Anual de la APM, en un baremo entre 1 y 10, los periodistas
califican con un 4,3 el grado de independencia profesional con el que trabajan.
Esto tiene sus consecuencias en la calidad de la información que producen y en
la percepción entre los ciudadanos, que puntúan con un 5,3 su confianza en la
información que reciben de los medios.
Según el director del Informe Anual de la Profesión
Periodística, Luis Palacio, este aprobado bajo por parte de la población
española se debe a “los intereses
políticos, la falta de independencia de periodistas y medios, y los intereses
económicos de las empresas propietarias de los medios de comunicación”. Sin
embargo, según las conclusiones del
propio informe, “los periodistas apuntan
a que las causas por las que los usuarios confían poco en la información de los
medios son: el sensacionalismo, el convertir el periodismo en espectáculo y los
intereses políticos de los grupos de comunicación”.
Conclusión:
Más rápido, más presión, y menos calidad
Internet ha
revolucionado los medios de comunicación permitiendo un acceso inmediato a la
información desde cualquier lugar con conexión, que desde la proliferación de
los smartphones puede ser cualquier lugar de la calle. Esta posibilidad de
poder informar a tiempo real se ha convertido en una obligación para los medios
que sufren una muy fuerte competencia para conseguir llegar a un público
saturado de mensajes a tiempo real.
La consecuencia es que
los periodistas ya no tienen tiempo para hacer su trabajo con rigor y contrastar
las fuentes como deberían y optan en la mayoría de los casos “publicar primero
y comprobar después”. A ello se suma una creciente presión por parte de sus
jefes o patrocinadores en un contexto de paro masivo y precariedad laboral, lo
que hace a los periodistas muy vulnerables a esas presiones.
Las redes sociales,
cuya presencia abarca a prácticamente todos los usuarios de internet, se han
convertido en el vehículo por el cual hacer llegar esa información la mayoría
de las veces no contrastada a los ciudadanos, que a su vez la comparten y son
incapaces de distinguir los rumores o falsas informaciones, incluso las
opiniones, de la información veraz. Esto produce un aumento cuantitativo de la
información a expensas de su calidad, lo que a su vez es percibido por los
ciudadanos que valoran cada vez peor la información que consumen.
Artículo disponible en Ssociólogos.com.
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