jueves, 30 de mayo de 2013

LA (IN)SOSTENIBILIDAD DEL MODELO AUTONÓMICO EN ESPAÑA


Cada vez más voces ponen en duda el Estado de las Autonomías en España. Unos porque consideran que hay que volver al centralismo. Otros porque quieren mayor autonomía para sus regiones. En medio está la crisis económica, que se usa como argumento por ambas partes. Pero, ¿no es la crisis más que una excusa para un viejo debate? - Publicado en MBC Times.

Hay cada vez más voces que sostienen que el modelo autonómico español es insostenible en el actual contexto de crisis económica. Por ejemplo, el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, afirmó en una entrevista en agosto del año pasado que, con el Estado autonómico se ha producido "un crecimiento organizativo y burocrático que ahora no se puede sostener", con unas "hipertrofias" ante las que se impone una "necesidad de adelgazamiento".

Es una opinión muy contundente del presidente de una institución del Estado que es compartida por cada vez más personas. Por ejemplo, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado este mes de mayo, sólo el 31,6% defiende este modelo y crece el número de partidarios de eliminar las autonomías hasta llegar al 23,1%. Pero es una opinión que difiere según el lugar donde se pregunte.

Los “enemigos” del estado de las autonomías crecen en determinadas regiones como Madrid, donde un 55,6% está a favor de reducir sus competencias o de eliminarlas directamente, Castilla La-Mancha (55,2%) y Castilla y León (55,6%). Es decir, la zona central de España. Sin embargo, esta actitud antiautonomista tiene su contrario en las llamadas regiones “históricas”, en la periferia geográfica. Así, por ejemplo, en Cataluña más del 65% de los encuestados está a favor de “avanzar hacia una mayor autonomía”, una opinión que es secundada por más del 45% en el País Vasco.

La cuestión de las autonomías es, por lo tanto, otra vez un reflejo del eterno conflicto español entre el centro y la periferia. Vale por ello la pena echar un vistazo hacia atrás para recordar algunas claves que han sido fundamentales para explicar por qué España tiene la actual configuración territorial que se está poniendo en duda.

El conflicto entre centro y periferia

Cuando a finales de los años 70 y comienzos de los años 80 del pasado siglo España dejó de ser una dictadura para comenzar su actual experiencia democrática, este país tuvo que dar respuesta a la pregunta fundamental de su ordenación territorial. No era una pregunta con respuesta fácil, ya que precisamente esta cuestión había sido uno de los argumentos responsables, o al menos fundamentales, de la Guerra Civil entre 1936 y 1939 que para muchos fue una guerra entre “España y los separatistas”, o para “repeler una invasión española”, según a quien se preguntara.

Así pues, tras la muerte de Franco no se podía mantener el centralismo, que había sido una de las señas de identidad de su régimen, ya que supondría lesionar las aspiraciones de vascos y catalanes –sin contar a gallegos y andaluces- que reclamaban autonomía política. De hecho, la República española ya había reconocido la autonomía a Cataluña antes de la guerra y al País Vasco cuando estalló, por lo que ya existía un precedente histórico que, si no era cumplido, podría poner en entredicho la propia legitimidad de la nueva democracia.  Sin embargo, por el otro lado estaban las dos extensas mesetas centrales castellanas con ninguna tradición o aspiración autonomista. De hecho, el ambiente era (y ahora vuelve a serlo) bastante hostil a la autonomía política en las regiones periféricas.

Es decir, había una mitad del país que aspiraba a la autonomía y la otra mitad que la rechazaba. No se antojaba una solución fácil a este problema. Pero había que ofrecer autonomía a las llamadas “regiones históricas” (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía) que la reclamaban como una condición sine qua non para dar el pistoletazo de salida a la democracia. 

España, ni centralista ni federal
El principal problema a la hora de diseñar el modelo territorial es que España no ha vivido un proceso de construcción nacional en el Siglo XIX que se podría encuadrar dentro de alguno de los dos modelos clásicos. Simplificando serían el centralista (o francés), y el federalista (o alemán). En el modelo francés, la Revolución de 1789 abolió todas las diferencias regionales mediante la enseñanza obligatoria de la lengua francesa, un sistema administrativo por departamentos basado únicamente en la racionalización del territorio y no en sus peculiaridades, y en el ejército compuesto por reclutas de levas obligatorias. Es decir, primero fue el Estado que creó una nación culturalmente homogénea y la consecuencia fue un sistema centralizado.

Alemania, por otro lado, no existió como Estado hasta 1871, cuando los diferentes reinos y ciudades autónomas fueron integrados en el Imperio bajo hegemonía prusiana. En este caso existía una nación común previa y culturalmente homogénea que se unificó en un Estado, pero respetando las peculiaridades administrativas locales. La nación hizo el Estado y la consecuencia fue un Estado federal.

En España el estado central liberal del S.XIX fue débil y no pudo imponerse. No se puede decir que en España el Estado creara una nación culturalmente homogénea o que una nación homogénea creara un Estado. Hubo un proceso a medias: ni se consiguió centralizar la estructura apoyando este esfuerzo con un centralismo cultural que lo aceptara, ni la periferia pudo imponer sus peculiaridades en la estructura estatal. La consecuencia fue la respuesta en la transición a la democracia: el “café para todos”, el actual Estado de las Autonomías. Por eso España no es un estado federal, pero tampoco lo es centralista. Una solución a medio camino entre ambos modelos para contentar a todos.

Treinta años después el Estado de las Autonomías está siendo atacado por ambos flancos y es, una vez más, uno de los temas estrella del debate político español y argumento que polariza y moviliza a la sociedad. Es el eterno conflicto centro-periferia, pero esta vez utilizando la actual crisis económica para justificar su desaparición, ya sea hacia una mayor autonomía o hacia un poder central más fuerte. Sigue siendo el mismo debate que enfrenta a los españoles desde hace un siglo. Y, como entonces, la solución sigue siendo complicada.

martes, 21 de mayo de 2013

"LA EXPLOSIÓN DEL PERIODISMO", entrevista a Ignacio Ramonet





 

El periodismo clásico en el S. XXI está sufriendo un golpe fundamental debido a la irrupción de internet. Se trata de una revolución en la comunicación solamente comparable a la invención de la imprenta en el S. XV, según cuenta Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique en español, en esta entrevista en la que analiza el origen, presente y futuro del periodismo en el mundo. ¿Tiene futuro el periódico en papel? ¿Se rompe el monopolio de los grandes grupos de información? ¿Qué consecuencias pueden tener las nuevas herramientas de comunicación por la red en la democracia? 
 
Entrevista a Ignacio Ramonet, director periódico Le monde diplomatique edición española, a cargo de Raul Zibechi, investigador sobre movimientos sociales. Publicada el 10 de diciembre de 2012.

sábado, 11 de mayo de 2013

EL GASTO MILITAR MUNDIAL EN 2012, ¿HACIA EL FIN DE LA HEGEMONÍA DE OCCIDENTE?

Mientras EEUU en particular y Occidente en general recortan sus gastos en armamento debido a la crisis económica, los países de las economías en crecimiento se rearman. “Estamos viendo lo que puede ser el comienzo de un cambio en el equilibrio del gasto militar mundial de los países occidentales ricos hacia las regiones emergentes” (Dr. Sam Perlo-Freeman, director del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI).


El pasado 15 de abril el prestigioso Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) publicó su informe sobre el gasto militar mundial en 2012. Los resultados son bastante elocuentes: mientras que los EEUU y los estados de la Unión Europea y OTAN han retrocedido en el gasto en armamento, las potencias emergentes como Rusia y China, dos miembros de los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), han aumentado el suyo significativamente.  


A pesar de todo, los EEUU siguen liderando el gasto de armamento en el mundo con 668.841 millones de dólares en 2012 (el 4,4% del PIB), frente a 711.402 millones de dólares en 2011. Es un 6% menos, lo que se explica por la paulatina retirada de EEUU de los diferentes escenarios bélicos abiertos por el anterior presidente George W. Bush en Afganistán e Irak. El actual presidente, Barack Obama, está realizando una política de fuertes recortes en el gasto militar que, según el SIPRI, se llevarán a cabo este año 2013.
 

Con respecto a Europa, según datos del instituto sueco, las políticas de austeridad y recortes han afectado a 18 de los 31 países de la UE o de la OTAN, que en su conjunto han rebajado su gasto militar en un 10% desde el comienzo de la crisis en 2008. Así, por ejemplo, Francia gastó en 2012 62.582 millones de dólares (el 2,3% de su PIB) en gasto militar, casi 200 millones de dólares menos que en 2011; el Reino Unido gastó 59.795 millones de dólares (el 2,5% de su PIB), unos 490 millones de dólares menos que el año anterior; y Alemania gastó 45.785 millones de dólares en su ejército (el 1,4% de su PIB), casi 3.000 millones de dólares menos que el año anterior. España, por su parte, presupuestó en Defensa 12.185 millones de dólares (el 0,8% del PIB) en 2012, 1.805 millones de dólares menos que en 2011.  


Es decir, las principales potencias de Occidente, las que están sufriendo la crisis económica, están recortando sus gastos en Defensa de manera significativa. Sin embargo, según recuerda el Dr. Sam Perlo-Freeman, director del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, “los EE.UU. y sus aliados continúan siendo los responsables de la gran mayoría del gasto militar mundial. Los miembros de la OTAN juntos gastaron un billón de dólares.”

http://www.elcaptor.com/tag/gasto-militar
 

Rusia y China aumentan su gasto militar


Por su parte, China y Rusia están utilizando su crecimiento económico para fortalecerse también en el plano militar. Por ejemplo, y según datos del SIPRI, China gastó en 2012 157.603 millones de dólares en Defensa, un 2,2% de su PIB. Son 11.449 millones de dólares, es decir, un 7,8% más que en 2011. Con estas cifras China se ha consolidado como la segunda potencia en gasto militar del mundo, sólo por detrás de los EEUU. Su presencia en el mercado internacional de armamento también se ha incrementado. Ya en marzo de este año el SIPRI publicó otro informe en el que destacaba que China se había colocado en el “top five” de los exportadores de armas convencionales del mundo superando al Reino Unido.  


Por su parte, Rusia también ha incrementado significativamente su gasto militar el año pasado aunque al precio de un mayor esfuerzo real para su economía, ya que los 90.646 millones de dólares gastados en 2012 suponen el 4,4% de su PIB, el mismo porcentaje de la economía que invierten los EEUU en Defensa. Son 12.316 millones de dólares más de gasto en el ejército ruso que en 2011.


El resto de países del BRICS no incrementaron significativamente sus gastos militares en 2012 con respecto al año anterior, pero aún así mantienen unos presupuestos de Defensa muy altos: India gastó 48.255 millones de dólares (el 2,5% de su PIB) y Brasil 36.751 millones (el 1,5%). Sólo Sudáfrica mantiene una cifra relativamente modesta con 4.470 millones de dólares, el 1,1% de su PIB.


 
¿Hacia un mundo multipolar?


Con estas cifras está claro que la hegemonía militar de Occidente está comenzando a ceder frente a una cada vez más fuerte inversión por parte de los países emergentes. Pero es, por el momento, nada más que el síntoma del inicio de un proceso. Occidente sigue siendo, hoy por hoy, el bloque económico, político, militar y cultural hegemónico en el mundo. Pero ya hay una tendencia a que esa hegemonía se vaya perdiendo poco a poco a favor de un mayor protagonismo en otros lugares del mundo.


Los países emergentes, los llamados BRICS, están creciendo económicamente de tal manera y en contraste con la crisis que sufre Occidente, que incluso están comenzando a poner en duda instituciones internacionales propias de la dominación occidental de las relaciones internacionales, como por ejemplo el Banco Mundial y el FMI. Los BRICS propusieron el pasado mes de marzo crear un banco propio para el desarrollo de los países del Tercer Mundo, lo que permitiría una vía de desarrollo de estos estados al margen de las recetas y de los intereses de Occidente. Toda una declaración de independencia de los BRICS y, sobre todo, de autoestima gracias a los recursos a los que tienen acceso gracias a su crecimiento económico. A estos recursos económicos se está sumando, paulatinamente, el poder militar.


Por lo tanto, parece que los procesos de crecimiento económico y de redistribución de la riqueza a escala global están provocando que, poco a poco, nos estemos alejando del escenario de poder unipolar internacional con unos EEUU hegemónicos en el plano militar, para ir acercándonos a un escenario multipolar con diferentes potencias regionales hegemónicas en su entorno, pero no lo suficientemente fuertes como para imponerse sobre el resto.

LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA





 

Vídeo sobre la distribución de la riqueza. Cómo funciona el sistema financiero y el origen del eterno problema de las deudas.

miércoles, 8 de mayo de 2013

MERKEL O LA ESTRATEGIA DEL CONGELADOR



Angela Merkel.
La canciller alemana Angela Merkel congela todo lo que le rodea. Su estrategia es no tomar decisiones importantes hasta después de las elecciones federales del próximo 22 de septiembre. Ni en Europa, a pesar de la necesidad de un liderazgo resolutivo contra la crisis, ni en Alemania, donde cuenta con un amplio respaldo popular. Se trata de no perder ese apoyo. Sin embargo, poco a poco, como un goteo, se acerca la amenaza de un cambio de gobierno a pesar de todo.

A Angela Merkel le apoya la mayoría de los alemanes. Según una encuesta de la televisión pública ARD realizada entre el 29 y el 30 de abril, un 59% de los votantes prefieren a la canciller a su rival directo, el candidato del SPD Peer Steinbrück, que sólo cuenta con el 28% del apoyo. En esa misma encuesta hasta el 25% de los encuestados que dicen ser votantes del SPD prefieren a Merkel antes que a su propio candidato.

“Angie”, como se presentó la canciller hace ocho años en las primeras elecciones que ganó, se ha convertido en un símbolo de Alemania. Merkel, que comenzó con una imagen bastante pobre y poco convincente, se ha transformado en la encarnación de la nueva voluntad de Alemania en la escena internacional y a la cabeza de la Unión Europea. Si hace tan sólo una década los alemanes debatían si debían o no reivindicar un mayor prestigio y liderazgo internacional, hoy ese liderazgo y esa autoconfianza recuperada se identifican con Merkel.

Peer Steinbrück.
Ella lo sabe muy bien, y sabe perfectamente que si gana las elecciones del próximo mes de septiembre será gracias a su imagen, y no a la de su partido de los cristianodemócratas de la CDU, ni de sus socios en el Gobierno, los liberales de la FDP. Por eso la estrategia de Merkel pasa por congelarlo todo hasta septiembre, no tocar nada que pueda minar sus expectativas.

Sin embargo, la aplicación de esa estrategia no es fácil. Los deberes comienzan a amontonarse sobre la mesa y, precisamente a causa de ese liderazgo de Alemania y que encarna Merkel, se espera de ella que tome decisiones en estos momentos difíciles. Lo esperan sus socios europeos. Ya en octubre del año pasado hizo fracasar la cumbre de Bruselas en la que se esperaba que se tomaran una serie de decisiones para facilitar a los países en crisis que pudieran acceder a financiación. Merkel lo paró ante el miedo a la reacción de sus votantes que no quieren poner ni un euro más porque se les ha dicho que, mientras ellos estaban pagando religiosamente durante años, el resto de europeos se estaban aprovechando. Es un discurso que emana de la derecha alemana y ha cuajado en la opinión pública, y que ahora está condicionando la política del gobierno en todos los sentidos.

Un país paralizado
Pero Merkel también lo congela todo en Alemania. En ese país hace semanas que no se toman decisiones de calado. Los medios de comunicación se impacientan. La prestigiosa e influyente revista Der Spiegel criticó recientemente lo que llamó la “política de símbolos” de la canciller, completamente vacía de contenido y solamente destinada a ofrecer imágenes propagandísticas que refuercen su imagen a la espera de las elecciones. Los medios alemanes alertan que el país no puede permitirse estar casi un año paralizado a la espera de la cita electoral. No sólo de la federal, sino de todas las regionales que van sucediéndose hasta la fecha clave.

Ahí Merkel lo tiene difícil. Baviera elije parlamento el 15 de septiembre y Hesse lo hace el mismo día 22 que a nivel federal. En un principio la derecha surge como clara favorita, sobre todo en Baviera que es un feudo conservador desde siempre. Sin embargo, una ola de nepotismo en el partido hermano de Merkel, la CSU, está dañando seriamente su imagen.

Y es que no puede bajar la guardia, ni siquiera en Baviera. En Alemania los márgenes entre las mayorías parlamentarias se ha reducido a un mínimo, lo que tiene consecuencias muchas veces impredecibles. Por ejemplo,    hace un año, en mayo de 2012, la derecha alemana sufrió un duro golpe al perder por muy poco el gobierno del Land de Renania del Norte Westfalia, el más poblado del país. Ahora manda allí una coalición rojiverde, la misma que está amenazando el futuro de la canciller.
  
Las últimas encuestas hablan de una ligera bajada del apoyo a la CDU a pesar de la muy buena imagen de su líder, y de la no recuperación de su socio FDP. Así, según una encuesta de Forsa publicada el pasado 7 de mayo, la CDU obtendría un 39%, FDP un 4% -quedaría fuera del parlamento al no superar la barrera legal del 5% para tener representación-, SPD un 24% y los Verdes un 15%.

Es decir, la coalición rojiverde –reforzada la semana pasada en el congreso programático de los Verdes que contó con la presencia y ovación del líder del SPD Sigmar Gabriel- y la CDU obtendrían un empate del 39% que sólo rompería el partido de Die Linke, que obtendría un 8%. Sin embargo, a pesar de ser de izquierdas, su enfrentamiento secular con los socialdemócratas descarta su inclusión en la coalición e incluso no es descartable que la propia SPD rechace su apoyo tácito en el Bundestag.  

La CDU está bajando en apoyos, poco a poco. El pasado 24 de abril el mismo instituto Forsa le daba un 42% y un 5% a sus socios del FDP. SPD y Verdes tenían entonces un punto menos cada uno. Es decir, la izquierda sube poco a poco y la derecha pierde poco a poco. ¿A un ritmo suficiente para poner en peligro a Angela Merkel?